• 19/08/2023 00:00

Asistencia humanitaria, faro de esperanza

“[...] es imperativo que tanto el Gobierno como la sociedad asuman la responsabilidad de implementar políticas y medidas que promuevan la equidad, la justicia social y el desarrollo sostenible”

Cada 19 de agosto, el mundo se une en conmemoración del Día Internacional de la Asistencia Humanitaria, una fecha establecida por las Naciones Unidas para honrar a quienes, en medio de situaciones desgarradoras, ofrecen una mano amiga a aquellos que más lo necesitan. La asistencia humanitaria, según la definición de la ONU, abarca “acciones diseñadas para salvar vidas, aliviar el sufrimiento y mantener y proteger la dignidad y los derechos humanos durante y después de situaciones de conflicto y crisis”. A pesar de la ausencia de conflictos bélicos en Panamá, la nación encara retos internos, incluidas crisis económicas y de salud, que resaltan la relevancia de esta labor humanitaria. En este contexto, la destacada labor de la Fundación Yo Pinto una Sonrisa emerge como una mano amiga en medio de la adversidad, demostrando cómo la asistencia humanitaria puede tener un impacto significativo y duradero en la vida de aquellos que más la necesitan.

La esencia de la asistencia humanitaria reside en atender las apremiantes necesidades de individuos y comunidades en situaciones de emergencia. En el pasado, focalizamos nuestros esfuerzos en brindar ayuda durante desastres naturales que impactaron nuestra nación. Trabajamos incansablemente para asegurar la disponibilidad de alimentos y el acceso a atención médica en casos como las inundaciones que desplazaron a familias en las regiones de Tierras Altas, Comarca Ngäbe-Buglé, y en las provincias de Panamá y Bocas del Toro.

La esencia de la asistencia humanitaria radica en la respuesta a las necesidades apremiantes de individuos y comunidades en situaciones de emergencia. Si bien a menudo se vincula con conflictos bélicos y desastres naturales, su alcance se extiende mucho más allá. La crisis económica, la privación de acceso a alimentos y servicios básicos, así como los desafíos en materia de salud, pueden entrelazar un telón de desesperación y sufrimiento que clama por intervención humanitaria.

En Panamá enfrentamos una situación económica desafiante que afecta a cientos de miles de familias. Según un reciente estudio, “Estado de la seguridad alimentaria y nutrición en el mundo 2022” de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), 200 mil personas padecen hambre y 700 mil personas carecen de acceso a una alimentación saludable en nuestro país. Además, diariamente recibimos innumerables casos de personas que se ven obligadas a acudir a la Fundación Yo Pinto una Sonrisa, buscando ayuda desesperada. Muchos de ellos no pueden acceder a medicamentos en los hospitales públicos y enfrentan la angustiante espera de meses, e incluso años, para obtener exámenes y tratamientos médicos.

Es aquí donde la Fundación Yo Pinto una Sonrisa hace un esfuerzo por transformar el escenario panameño. Su labor en la provisión de alimentos, atención médica y apoyo emocional se convierte en un faro de esperanza para aquellos que enfrentan crisis económicas y de salud. A través de su dedicación incansable, la fundación no solo ofrece alivio inmediato, sino también renueva la esperanza y restaura la dignidad de aquellos afectados por circunstancias adversas.

Sin embargo, es esencial reconocer que la asistencia humanitaria no puede ser una solución definitiva a los problemas estructurales que subyacen en nuestra sociedad. Dependiendo de exceso de la asistencia humanitaria a largo plazo, corremos el riesgo de distraernos de las causas fundamentales de las desigualdades y la crisis económica. Por lo tanto, es imperativo que tanto el Gobierno como la sociedad asuman la responsabilidad de implementar políticas y medidas que promuevan la equidad, la justicia social y el desarrollo sostenible.

Director de la Fundación Yo Pinto una Sonrisa.
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