• 15/03/2011 01:00

El ático

Los malos ejemplos públicos: Desafortunadamente, toda persona que incursiona en la vida pública —deportistas, artistas, políticos, hasta...

Los malos ejemplos públicos: Desafortunadamente, toda persona que incursiona en la vida pública —deportistas, artistas, políticos, hasta periodistas— tiene de alguna manera, unos con más fuerza que otros, una gran influencia sobre un sector de la población, que, en el mejor de los casos, solo los mira, los ve, actuar; en el peor, los emula en la forma de vestir... y actuar, lo peor de todo, si no son buenos ejemplos. Por ello, hoy, época de una generación con un gran relajamiento de los valores éticos y morales, resulta tan importante que ‘los más influyentes’ en nuestras sociedades cuiden sus actos y expresiones. El juegavivo, la traición y la actitud de conveniencia no son los marcos morales que requerimos como ejemplo.

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