• 05/12/2020 00:00

El Bicentenario a la luz de una mirada retrospectiva

Nuestra independencia de España, producto principal de las fuerzas patrióticas, independentistas, del sur, dirigidas por los caudillos, encabezadas por Bolívar, ha sido desde su mismo instante un permanente empeño por construir nuestra identidad nacional frente a las ambiciones imperiales del Monroísmo y del Destino Manifiesto.

Nuestra independencia de España, producto principal de las fuerzas patrióticas, independentistas, del sur, dirigidas por los caudillos, encabezadas por Bolívar, ha sido desde su mismo instante un permanente empeño por construir nuestra identidad nacional frente a las ambiciones imperiales del Monroísmo y del Destino Manifiesto. Ese desvelo lo testimonia la heroica celebración del Congreso Bolivariano en 1826 por lograr un continente que enfrentara unido los ya visibles intentos expansionistas de EUA y Gran Bretaña.

Ha sido una lucha desigual. Hemos resistido, y con orgullo hoy somos una nación, gracias a la visión de hombres como José Domingo Espinar, Justo Arosemena, Santiago De la Guardia, Pedro Prestán, quienes en el siglo decimonónico entregaron sus esfuerzos y sus vidas a construir los cimientos de la patria que hoy tenemos.

Esfuerzo continuado, en el siglo XX, por el martirologio de Victoriano Lorenzo, el patriotismo de Gaspar Octavio Hernández, los héroes de la Gesta Inquilinaria de 1925, las batallas sociales y nacionalista libradas por la Federación de Estudiantes, Juventud Patriótica, el Partido Comunista, en 1947, contra el Tratado Filós-Hines, la gesta estudiantil de mayo de 1958, la Operación Soberanía, la Siembra de Banderas, la Marcha del Hambre del pueblo de Colón, la gesta del cerro Tute, el movimiento reformista universitario de 1962, la gesta del 9 de Enero de 1964, la insurrección del estudiantado colonense en 1966, el rechazo de los proyectos de tratados colonialistas en 1967 y la firma del Tratado Torrijos-Carter el 7 de septiembre de 1977, que abriría el camino, a partir del primero de octubre de 1979, a la eliminación de la estaca colonial de la quinta frontera.

En este duro batallar no han faltado los enemigos internos que representados en las fuerzas antinacionales han pensado siempre en sus intereses económicos, permanentemente antagónicos al interés nacional. Ejemplo, están presentes las intervenciones militares de EUA y más reciente, la invasión de 1989, aplaudida por esa casta antinacional.

En el siglo XXI, los afanes de esas fuerzas oscurantistas por eliminar el sentimiento nacional y por ende nuestro orgullo de nación no han desaparecido. El peligro está presente. La injerencia extranjera, en la política interna y externa, actualmente es ostentosa. Las constantes misiones de connotados funcionarios de Estado, nuestra zigzagueante política exterior que olvida los principios del intento Congresista de 1826 y del Bolivianismo nos colocan en esa peligrosa encrucijada.

La conmemoración de este bicentenario, más que un cantar romántico, es propicio para tener presentes todas nuestras luchas por ser Estado y nación, que hemos llevado, en lo particular y América Latina, a nivel regional.

Por todo lo enunciado, llamamos a la celebración de un evento continental de los historiadores de Nuestra América, que permita evaluar y asimilar las enseñanzas de nuestras luchas, expresarle al mundo que nuestra lucha continua.

Profesor de Historia.
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