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- 29/10/2020 00:00
Bipartidismo después de las elecciones 2020
En los Estados Unidos existen, desde hace muchos años, dos partidos políticos: el Demócrata y el Republicano. Como consecuencia de las elecciones que se celebran cada cuatro años, los candidatos presidenciales más importantes representan a esos dos partidos. Durante el siglo pasado se dieron instancias en las que corrió para presidente un tercer candidato relativamente popular. Es el caso de George Wallace, exgobernador de Alabama, que en 1968 se postuló como candidato a presidente por un tercer partido político llamado Partido Americano Independiente. Obtuvo resultados relativamente favorables y logró ganar en su estado natal, Alabama, y en los estados sureños Mississippi, Alabama, Luisiana y Arkansas. Su ideología era de extrema derecha y se caracterizó como un líder racista en los años 60.
Otro caso fue el del billonario tejano Ross Perot, quien corrió para presidente en los años 1992 y 1996. Su ideología era de derecha y logró menos apoyo electoral que Wallace en 1968.
Escribo este artículo de opinión asumiendo que Donald Trump perderá las elecciones del 2020. La especulación sería entonces si el electorado estadounidense se continuaría dividiendo en dos partidos políticos: el Demócrata y el Republicano. Es claro que actualmente en los Estados Unidos existe una polarización bien definida en la población entre los que apoyan y los que adversan a Donald Trump. Entre los que apoyan a Donald Trump hay republicanos registrados, miembros tradicionales del partido, pero me atrevería a especular que la mayoría de quienes lo apoyan no son republicanos registrados, sino que lo apoyan por sus ideas muy específicas.
Pasadas las elecciones del año 2020 hay que examinar cuál partido político tendrá el control de la Cámara de Representantes y del Senado. La votación para representantes y senadores ofrecerá indicios sobre las preferencias y aspiraciones ideológicas de los estadounidenses.
La pregunta es: ¿si Trump pierde las elecciones, sus simpatizantes se identificarán con el Partido Republicano? Considero que muchos continuarán con el Partido Republicano, aunque varios importantes partidarios registrados se sumaron a la Organización Lincoln Project, integrada por republicanos que apoyan a Biden. Probablemente muchos simpatizantes de Trump quedarán a la deriva políticamente, entendiéndose por esto que no continuarán apoyando a ninguno de los partidos tradicionales, incluyendo al Partido Republicano.
Existe la posibilidad de que, si Trump pierde las elecciones, quiera organizar un nuevo partido político para correr en las elecciones del 2024, cuando tendría 78 años. No me cabe duda de que muchos estadounidenses respaldarían al partido que organice Trump, sobre todo en ciertos estados como Texas, Oklahoma y otros estados.
De constituirse un nuevo partido de derecha con ideas nacionalistas, tendríamos un escenario interesante en los Estados Unidos, donde siempre han prevalecido dos partidos políticos. ¿Podrá un tercer partido político entusiasmar a un número considerable de electores potenciales?
Por otro lado, si Joe Biden pierde las elecciones existe la posibilidad de que el ala izquierdista del Partido Demócrata intente crear un nuevo partido político que se ajuste más a su ideología. Aunque personalmente pienso que los grupos de tendencia izquierdista intentarán controlar el Partido Demócrata, más que constituir un nuevo partido político, en caso de que Biden pierda las elecciones.
Todos los supuestos anteriores deben tomar en cuenta las minorías étnicas que han cobrado mayor importancia electoral en los Estados Unidos, principalmente los afrodescendientes y los latinos. En el caso de los latinos se comete el error de generalizar sus preferencias políticas, cuando en realidad hay distintos grupos de latinos; a saber, los cubano-estadounidenses en el sur de Florida; los puertorriqueños en New York y ahora en ciertas áreas de la Florida; los mexicanos y descendientes de mexicanos en California, Texas, Arizona, etc. y los salvadoreños y otros centroamericanos, principalmente en California.
Cada uno de estos grupos étnicos tiene intereses y aspiraciones políticas distintas y es un error pensar que todos los latinos en los Estados Unidos tienen los mismos problemas y simpatías políticas. También están algunas minorías que raras veces se mencionan, pero que no dejan de tener importancia; sobre todo en ciertos estados específicos como son los descendientes de los indígenas estadounidenses y los grupos de musulmanes de distintos países que han migrado a los Estados Unidos.
Finalmente están los grupos juveniles constituidos por estadounidenses jóvenes que actualmente pueden votar y por los estadounidenses que lleguen a la edad requerida para votar en los próximos cuatro años. Estos jóvenes seguirán con entusiasmo a los líderes que tengan una política de medio ambiente que se identifique más con lo que piense la juventud estadounidense. Muchos de estos jóvenes también le darán importancia al tema de poder comprar o portar y usar ciertos tipos de armas, ya que se identifican son los asesinatos masivos en escuelas y otros sitios públicos.
Lo interesante de este análisis es que el panorama electoral de los Estados Unidos en el 2024 puede ser significativamente distinto al panorama actual.
Y esto significará nuevas políticas y acciones del Gobierno de los Estados Unidos que influirán en los otros países del mundo.