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- 07/06/2010 02:00
Cambio Democrático: Partido y esperanza
Intentar escribir la historia de Panamá hoy no es posible sin hablar de Cambio Democrático. Nacimos producto de la necesidad de una nueva expresión de la sociedad hastiada de lo establecido. Siendo respetuosos del pluralismo ideológico con nuestro accionar, buscamos purificar los partidos políticos, desterrar el oportunismo al patio de la trastienda, la unidad artificial y la debilidad programática como vicios que deben corregirse para el bien del terruño.
Aspiramos a una política seria, que aborde los problemas del país con conocimiento técnico y discernimiento científico, que nos impulse a los primeros lugares como nación una unidad nacional ausente de sectarismos políticos, donde la palabra ‘Juntos’ sea convertida en nuestro norte. Somos la copa de vino lanzada al viento de la inconformidad y la rebeldía gracias a una organización desarrollada desde hace más de 12 años, producto de la iniciativa de nuestro líder Ricardo Martinelli, quien en su primera actuación como funcionario público y siendo director de la CSS tuvo que sufrir los sinsabores de la burocracia y de las mafias enquistadas en la primera institución social del país.
Durante su administración se logró reducir significativamente la moratoria en la atención al asegurado y la calidad del servicio mejoró sustancialmente. Por primera vez el asegurado fue tratado como dueño y el personal del seguro fue transformando su actitud. Este cambio fue tan notorio que años más tarde, cuando nos encontrábamos en el proceso de formación de nuestro partido, la sola mención de Ricardo Martinelli era sinónimo de éxito y esto se convirtió en la mejor publicidad para nuestras inscripciones.
Grandes y hermosas fueron esas jornadas de lucha llevando nuestro mensaje a los más recónditos poblados de nuestra geografía. Roberto Linares; Rogelio Baruco; Chal Dutary; ‘Pepo’ Bermúdez; María Cristina y Ulises González; ‘Chefi’ Marín; Lucía Chandeck; ‘Chino’ Chen; Mario, Ivonne, Marta, Gloria e Irma Martinelli; Carlos Bryan; Giacomo Tamburelli; ‘Pollo’ Arosemena; Franklin Vergara; Ricardo Bustamante; Eduardo Peñaloza; José Pablo Ramos; Elsa Miranda; Damián y nuestra secretaria Teresita, entre otros tuvimos el privilegio de ser los zapadores de nuestro partido.
Aprendíamos caminando y conviviendo con nuestros semejantes. En nuestra primera inscripción en Chiriquí y producto de nuestra inocencia política, solicitamos once mesas para inscripciones y solo inscribimos una persona por mesa. Hasta que al fin, un domingo en Almirante, provincia de Bocas del Toro, en una inscripción masiva que contaba con el apoyo de Mario Miller, logramos superar la barrera mágica que nos convertía en la nueva esperanza política del escenario nacional como conglomerado que aspiraba a reformar el tradicionalismo económico, político, social y cultural.
Nuestro fortalecimiento empezó en el 99, apenas con dos diputados que fueron las piernas de nuestro partido, que nuestro líder movilizó con la firmeza de sus esquemas ideológicos y la idoneidad de sus acciones prácticas, para conseguir el crecimiento de nuestra organización y participación popular. Luego, decidimos que debíamos correr en las elecciones del 2004 con candidato propio, consiguiendo en esa ocasión un honroso porcentaje. En el año 2009 aspiramos nuevamente a la Presidencia de la República, logrando en esta ocasión el respaldo de más del 60% de la votación nacional.
Hoy, vemos, con mucho orgullo, que aquellos dos diputados se han multiplicado por veinte, que nuestro candidato es hoy el presidente de todos los panameños y somos la esperanza política del país.
Por eso no puedo dejar de resaltar las virtudes de nuestro líder, que, gracias a su capacidad de trabajo, erudición exquisita, perseverancia en sus metas, unido todo esto a la creatividad de su equipo, ha conseguido darnos un tránsito existencial como agrupación política.
Nuestro gobierno garantiza al máximo la seguridad social a la población. La madre, el niño, el anciano, el desvalido, son los grandes protegidos de nuestro accionar. Nuestro presidente representa el acceso del pueblo a los bienes que ofrece la sociedad, por medio del reparto equitativo de las riquezas a través de una auténtica cultura nacional, el rescate de los valores autóctonos, la renovación de los servicios públicos: Internet gratuito, vivienda y salud, la creación de mano de obra en la consecución de la reducción del desempleo, la estimulación de las organizaciones populares por medio de la representación auténtica del pueblo o sus instituciones y la implantación de reformas estructurales al sistema en que vivimos.
El despertar del deporte nacional; el soporte a la salud, mediante la creación de centros de asistencia regionales; la modernización del Canal; la capacitación profesional; el aumento del salario mínimo y del pie de fuerza de la Policía son síntomas de mejoramiento humano.
Estamos dando el gran paso de las reformas estructurales, en búsqueda de la justicia social y el progreso económico, por eso es que nuestro conductor siempre supera a sus miembros y a su partido en las encuestas y sigue siendo la admiración de propios y extraños.
*Miembro fundador de Cambio Democrático.ribus69@hotmail.com