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- 14/11/2022 00:00
El cáñamo como generador de empleos
Panamá vive una grave crisis laboral sin precedentes, con la agravante de no haber señales de parte de quienes legislan de darle prioridad a políticas públicas que, de manera inmediata, generen los empleos que tanto se necesitan, ahora con mucha más urgencia, ante la precarización y precariedad laboral existente.
La abrumadora asistencia a una reciente feria de empleos promovida por el sector privado, donde participaron más de 25 000 personas entre los 18 y 64 años, es un fiel reflejo de la desesperación ciudadana ante la hambruna laboral existente.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo, se están agregando unos 10 mil empleos informales nuevos por mes, cinco (5) veces más que el promedio en la década 2009-2019. Peor aún, no solo se están generando un 41 % menos de empleos formales, sino que tenemos cinco veces más informales que antes de la pandemia.
No puede ser más evidente que lo que se necesita con verdadera urgencia es atraer nuevas inversiones nacionales y extranjeras que generen empleos, con buenos salarios, a largo plazo y si son en el sector agropecuario y en el interior de la República, pues, mucho mejor.
Son estas las razones por las cuales no comprendemos cómo es posible que la Comisión de Comercio de la Asamblea Nacional se haya tomado tres años para aprobar en primer debate el Proyecto de Ley 323 “Por el cual se promueve el desarrollo de la agroindustria del cáñamo para impulsar el sector agropecuario nacional”, sobre todo siendo un cultivo cuya capacidad de generar empleo es altamente conocida. Solo tenemos que ver lo que está pasando en Argentina, Chile, Costa Rica, Colombia, México, Perú y Paraguay. Panamá, quien fue de los primeros en presentar una ley de cáñamo ante su congreso, en octubre de 2019, tres años después todavía no tiene ley; nuevamente nos estamos quedando atrás.
Según el Centro de investigación Económica y Social de Colombia, una hectárea de cáñamo puede producir hasta 17 empleos entre los sectores primarios, secundarios y terciarios. Del cáñamo se saca materia prima para industrializar bioplásticos, biodiesel, cosméticos, comestibles, cuerdas, papel, pinturas, textiles y productos veterinarios, entre muchos otros más, los que podrán fabricarse tanto aquí como en el exterior con cáñamo panameño.
El cáñamo es un cultivo sostenible que representa una alternativa para promover una agricultura más verde y limpia. El uso de materiales de construcción elaborados del cáñamo ayuda a reducir la huella de carbono; además de ser un excelente cultivo de rotación, en especial con el arroz, con el cual los productores nacionales tendrían una oportunidad de ingresos nuevos que le ayudarían a permear la pérdida de mercado que sufrirán una vez que empiecen las importaciones con aranceles reducidos de los EE. UU.
En la ganadería, el cáñamo tiene un alto valor nutricional cuando se usa para la alimentación. La Asociación Nacional de la Industria del Cannabis de MÉXICO ha concluido que su uso como alimento animal mejora el perfil de ácidos grasos en la carne de res. Sus semillas son una rica fuente de proteínas, ácidos grasos y aminoácidos esenciales, convirtiéndose en un superalimento bovino, porcino y de aves, pues contribuye en el crecimiento de los músculos y a mejorar el rendimiento de la canal.
Ya no hay más nada que decir. La pelota ahora está en manos del Pleno de la Asamblea, a quien le tocará realizar el Segundo y Tercer Debate, una vez abra el 2 de enero de 2023. Tomó 36 meses aprobarlo en Primer Debate. ¿Cuánto se tomará el Pleno para aprobar la ley? Esperemos que pronto. Amanecerá y veremos.