Carnavales y cultura afroantillana

Los grupos humanos tienden a buscar coyunturas, momentos o espacios en los que puedan desarrollar actividades para preservar sus herencias culturales como forma de mantener su propia existencia. Es una tendencia que históricamente garantiza su unión y la preservación de sus principales valores y da un perfil y definición en el contexto de sus relaciones con los demás, con los Estados, así como posibilitan un sello como ente social.

Como lo documentan las fuentes que estudian la evolución de los colectivos a través del tiempo, ellos utilizan sus creencias, sus artesanías, el lenguaje y también prendas de vestir, formas de arreglarse y aspectos casi tan íntimos como el habla cotidiana, precisamente como modos de identificación y muestras de individualidad.

Por ejemplo, una definición de la comunidad negra explica que “... la cultura afrodescendiente {es} como aquel segmento de la diversidad cultural de las Américas y el espacio Caribe, formada por las distintas expresiones musicales, culinarias, bailes, técnicas de trabajo, arquitectura tradicional, conocimientos tecnológicos, afroepistemológicos, espirituales, éticos ...”

En Panamá hubo varias migraciones desde distintos orígenes que se integraron y contribuyeron con su aporte a crear la nación, sin olvidar sus rasgos definitorios y que han permitido una sociedad que conforma un prisma. Con el fin de mejorar sus condiciones de vida, durante las décadas alrededor de la Segunda Guerra Mundial, hubo familias que emigraron a los Estados Unidos y allí se establecieron.

Muchos de esos núcleos no olvidaron sus raíces y sus descendientes (hijos y nietos) buscaron oportunidad para regresar a visitar a familiares y sus vecindarios y, por lo general, utilizaban la ocasión de celebrarse las fiestas de carnavales para asistir a toldos, asociaciones culturales, sociedades y espacios tan populares como en el barrio de San Miguel el cruce entre calles P y la Mariano Arosemena o en el patio del Museo Afroantillano en Marañón.

Hace 42 años la Asociación de Amigos del Museo Afroantillano de Panamá (Samaap) se integró con la finalidad de realizar un trabajo para promover el conocimiento sobre los aportes de la comunidad negra al país. Los materiales recogidos en ese centro y las investigaciones, conferencias y foros serían el principal instrumento para lograr estos objetivos.

El proyecto resalta los vínculos de ambos entes y define el papel de cada uno. “El Museo busca difundir la cultura afroantillana, destacar la participación de esta comunidad en las construcciones del ferrocarril y del canal. Resaltar sus aportes a la cultura nacional; mientras que Samaap enfoca sus esfuerzos en obtener fondos y ayuda para mantener el Museo y sus programas, y patrocinar actividades que resalten los mejores elementos de la cultura afroantillana y de esta manera contribuir al desarrollo cultural de la nación panameña”.

Es así como se explica la feria que anualmente se celebra bajo la conducción de Samaap y que atrae tanto a las diferentes agrupaciones y comunidades, como a aquellos visitantes que buscan recordar sus raíces y también a turistas que quieren conocer los principales atractivos ofrecidos.

La Feria Afroantillana, que suele celebrarse en las instalaciones del Palacio de Convenciones Atlapa los días sábados y domingos de carnaval, atrae a una gran cantidad de personas. Allí se reúne un nutrido público a apreciar las especialidades culinarias, artesanías y un espectáculo variado sobre música, danza y moda con un acompañamiento coreográfico concebido para estas fechas.

El marisco y variedades de preparación del pescado, las torrejas de bacalao y todo tipo de arroces preparados con frutos del mar, pollos y ensaladas de “fiesta” se pueden encontrar en la oferta. Igual sucede con los postres como el “bon” o el turn over y las empanadas de piña, plátanos (plantain tarts) o de carne (patty). Entre las bebidas; el saril, limonadas con raspadura y el icing glass (bebida a base de algas).

Son momentos que llenan el espíritu de una comunidad que avanza y consolida la nacionalidad panameña.