Al menos 12 personas murieron y centenares de miles se encuentran afectadas a causa del fuerte temporal causado por un frente monzónico y el tifón Gaemi,...
- 06/12/2012 01:00
Cartas
S iempre es bueno repasar los motivos o propósitos por los cuales iniciamos el año que está a punto de concluir. Ahí señalamos las metas que razonablemente podríamos cumplir en donde cada uno debe ser dueño de estos propósitos. Por esto sería mejor volcar nuestra inquietud sobre los asuntos del país, sobre la base de que todos dependemos, en una medida u otra, de las acciones y pensamientos de los que están en el poder.
Empiezo con lo del Metrobús, obra que de ser bien ejecutada dará a la postre buenos resultados al partido CD. Según algunos críticos, se trata solo de un capricho del actual gobernante. Otros sostienen y argumentan que son obras modernas y necesarias según el crecimiento poblacional. De acuerdo a fuentes, de veintiún países de habla hispana, Panamá es el noveno en adquirir este tipo de proyectos.
No me agrada, más bien me preocupa el proyecto político del diputado Sergio Gálvez, para ascender a la Alcaldía capitalina; los llamados ‘Supermercados para el pueblo’. Sobre todo porque se adivina que será subvencionado con fondos del Estado. No se conoce si será producto de alguna donación de un país generoso. Opción poco probable, dada la situación fiscal de los países de Europa, tradicionales donantes en el viejo mundo.
El asunto educativo, es por demás decisivo. Hace poco leí que un millonario en EE.UU. está entregando unos $50,000.00 al año a jóvenes brillantes, con una capacidad inventiva fuera de lo común, para que no pierdan el tiempo estudiando, sino que se dediquen a generar cosas nuevas. Este señor quiere resultados rápidos. Necesita a jóvenes como Bill Gate y Steven Job, quienes revolucionaron al mundo en la tecnología.
El problema es que los brillantes quizás no necesitan estudiar, pero para las personas normales, esto es un imperativo.
Los escollos para el que estudia en Panamá, empiezan en el mismo desequilibrio social existente. Un conocido galeno en Panamá citó el hecho de que entre los dos primeros años de vida se da el proceso cognitivo, donde las neuronas asimilan los nutrientes necesarios para ser luego capaces de razonar, pensar bien y hacer frente al mundo de hoy. El caso es que cerca del 52.0% de los niños en Panamá sufre de desnutrición. Mal puede entonces desarrollarse esa capacidad para el aprendizaje. Es decir que ya hay quienes vienen con desventajas al mundo. ¿A quién culpar?
El problema de la violencia intrafamiliar contra niños, jóvenes y las féminas y la de las calles, producto del juegavivo, el negocio de la droga, la coima, el soborno; los acuerdos bajo la mesa, mientras que los inocentes panameños duermen. En tiempos de democracia, hemos visto a cinco gobiernos sucederse en el poder. Ninguno ha sido capaz de enfrentar el problema. Total si no son los hijos de los gobernantes los que caen a diario. Se pueden rescatar algunos proyectos: las canchas sintéticas, las becas universales, el uso de computadoras, la galleta nutricional, entre otras. ¿El problema tiene sus raíces en la economía social, en cómo crece el individuo, sus valores, su entorno y sus referentes más cercanos? El que quiere ser gobernante debe estar tomando estas notas.
En lo político y partidista no hay cambio, la membresía de los llamados copartidarios es por mero clientelismo, buscando ventajas o acomodos. En la mayoría de los casos son gente oportunista, sin concepto de partido, misión ni visión. Y del otro lado está el pueblo; tirado de un lado para otro, según sea el tono de la flauta que toca un gracioso bufón de la política.
El panorama de aquí al 31 de diciembre de 2012, es como un rosario de cosas inconclusas. El entusiasmo colectivo que siempre atrae la Navidad, nos dará nuevas satisfacciones. Muchos se gastarán los ahorros de Navidad de todo un año. Otros no recordarán siquiera por qué han venido a este mundo y se entregarán a la disolución. Los más versados, se encontrarán con su familia más querida e inmediata. Y se podrá elevar una oración por la vida de los seres que más nos inquietan; por las finanzas, por nuestra seguridad y por nuestros enemigos. ¡Que Dios les bendiga!
ECONOMISTA.