El poder de compra de los consumidores

En medio de esta pandemia, muchos consumidores se encuentran frente al dilema de qué hacer para adquirir los productos alimenticios y otros de uso diario en el hogar.

Son muy conocidas y practicadas, las principales recomendaciones proporcionadas por los especialistas de educación al consumidor, tales como la de hacer una lista anticipada de los productos que necesite adquirir, llevar una calculadora para ajustarse a lo presupuestado, aprovechar ofertas en determinado artículo y comparar precios, entre otros consejos.

La mejor clave u opción al comprar, es comparar. Por ejemplo, de nada vale que se informe que, en determinado local comercial, el costo de la canasta básica es más bajo, y que en el sector donde se reside hay quien venda más barato, si se mantiene la cultura de “poco me importa” e insistir en que los precios son los mismos. Se ha comprobado que sí hay variaciones de precios, incluso en supermercados de una misma cadena.

Sencillamente, la decisión final de comprar más barato es de los consumidores. Y aquí es necesario enfatizar que, en un libre mercado, el consumidor es el que tiene poder. Los agentes económicos compiten para servirle, y saben que la demanda es la que manda. Los comerciantes dependen de las compras de los consumidores, porque de otro modo no podrían existir sus negocios.

No puede haber comercio, si no hay quien compre. El poder de compra es tan grande, que cualquier empresa vería afectada su estabilidad financiera, si en un día todos los consumidores dejarán de adquirir determinado producto.

Y es aquí donde la unión de los consumidores es imprescindible para frenar cualquier incremento de precios, que ocurran sin justificación alguna. A medida que los consumidores se conviertan en una demanda organizada, podrán hacer más viable la defensa de sus intereses.

Las organizaciones de consumidores son una expresión de madurez ciudadana y son ampliamente positivas, para que un sistema de libre mercado funcione equilibradamente, por eso es importante que sean fomentadas y apoyadas. Los consumidores, como una gran fuerza, serían el mecanismo perfecto para hacer frentes a los incrementos de precios de productos y servicios que requieren para su diario vivir.

Una organización meramente ciudadana, como la Unión de Consumidores y Usuarios de la República de Panamá (Uncurepa), con conciencia crítica y rápida reacción frente a todas las prácticas que afecte sus intereses, y que aspire a lograr que los compradores puedan hacerse sentir y respetar como los dueños del mercado, a través de su poder de compra.