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- 21/09/2025 00:00
El Club de Leones de Panamá celebra este año, con justificación de regocijo, el XC aniversario de su fundación. Institución cívica por excelencia y organización particular, estimulada desde su fundación por un ferviente deseo de realizar labor práctica y efectiva en beneficio de la comunidad, el Club de Leones de Panamá se ha convertido en una plataforma de sólido prestigio con la que se cuenta cada vez que se necesita realizar una actividad de interés nacional, cada vez que conviene despertar confianza y el entusiasmo en la comunidad en una labor, cada vez que los intereses del pueblo estén en juego o que es necesario emprender una lucha por el mejoramiento de una situación.
Imposible sería resumir en el corto espacio de una columna la magnífica labor que ha realizado el Club de Leones de Panamá. El Hospital del Niño, las Colonias Infantiles de Verano, la Escuela Vocacional de Chapala, el Complejo Deportivo Infantil de Curundú, el Gimnasio Auditórium en El Marañón, el Complejo Deportivo en El Chorrillo, el Banco de Ojos, la Clínica Oftalmológica Felipe E. Motta, el Acondicionamiento de la Sala Nemato Oncológica del Hospital del Niño, el Estadio Infantil Felipe E. Motta, entre otras. Además, su intervención en realizar las competencias deportivas infantiles, la ayuda para los ciegos, la organización de escuelas y otras instituciones similares para ayudar a resolver los problemas de los seres con discapacidades, la creación de becas para dar oportunidad de estudio a jóvenes pobres, la construcción de parques infantiles en barriadas, las actividades para honrar a la madre, sus iniciativas para mejorar el ornato y la salud en la ciudad, y su incansable labor por promover el beisbol infantil son apenas una cuantas de las muchas realizaciones que hay que contar en el haber del Club de Leones de Panamá.
Pero tal vez la mejor contribución que el Club de Leones de Panamá ha dado a nuestra vida comunal es el despertar de los valores cívicos, éticos y morales. Un pueblo generalmente desilusionado, apático e indiferente en torno al respeto de estos valores, es un pueblo sin fe, sin confianza y sin esperanza. Y tal vez por eso, ese pueblo ha despertado con entusiasmo y colaborado con esplendidez cuando le llega un llamado del Club de Leones de Panamá, porque es una agrupación internacional, con extensa y meritoria lista de obras, con una ejemplar organización, donde su dogma es el servicio y su obligación es ser buenos ciudadanos.
Es algo así como si esa organización hubiera descubierto la fórmula por medio de la cual es posible el nacimiento y desarrollo del espíritu público en nuestra gente, el deseo de cooperación para ayudar a los desafortunados, la responsabilidad social capaz de llegar al sacrificio personal para resolver los problemas de la comunidad. Esa fórmula es, naturalmente, el entusiasmo personal de sus miembros y la acrisolada honradez con que el mencionado organismo ha manejado siempre los recursos puestos a su cuidado.
En esta ocasión en que el Club de Leones de Panamá celebra jubilosamente sus 90 años de fundación, es natural y lógico que sientan satisfacción por el deber cumplido. No obstante, corresponde a todos aquellos que directamente recibieron los beneficios de sus labores los que deben compartir sus testimonios a la comunidad, y dar fe, confianza y esperanza a través de su agradecimiento por esa institución que en su momento lo hizo sin nada a cambio, pero con mucha admiración y cariño por su comunidad. Son millares de niños y de padres de familia pobres los que en estos 90 años han sido beneficiados y que hoy guardan en sus pechos humildes las bendiciones que este organismo les ha proporcionado.
A pesar de que en Panamá existen otras organizaciones cívicas trabajando por el mejoramiento de la comunidad, los 90 años de trabajo y dedicación colocan al Club de Leones de Panamá como la institución más prestigiosa de su clase, y la que de mayores simpatías, autoridad y confianza goza. Por eso, la comunidad entera, sin excluir al propio gobierno nacional, tiene una honda y perdurable deuda de gratitud para con el Club de Leones de Panamá, porque las actividades de este club cívico nunca han tenido límites y porque son esas actividades las que en más de una ocasión han servido para encauzar la acción nacional en pleno hacia la solución o alivio de los más graves problemas nacionales.
Como panameños, todos debemos sentirnos orgullosos de tener una organización como el Club de Leones de Panamá, que por 90 años ha sido ejemplo y modelo de compenetración y dedicación al servicio y realización del espíritu del leonismo.