• 07/03/2022 07:22

La constante preocupación…

“A pesar de todo creo en mi país y en el futuro que los panameños puedan construir”

Con esta oración de optimismo cauteloso, concluye sus “memorias”, doña Rosario Arias de Galindo, distinguida dama de la sociedad panameña quien a sus 100 años de edad (2021), viajó sin retorno al más allá, no sin antes dejar huellas imborrables de civismo y más que despejada su constante impaciencia en virtud del rol jugado por los militares panameños, primero, a mediados del siglo pasado, luego, durante el gobierno militar de los 21 años y, sobre todo, su extremada inquietud, por la creciente tendencia hacia la militarización de los cuatros servicios de policía, que de policía solo tienen el nombre.

Respeto al origen del militarismo y su creciente influencia en la política nacional señalaba la autora de ´camino recorrido´, “para mí el militarismo en Panamá no es sólo una responsabilidad de los militares, sino también de civiles que se procuraban beneficiar del poder que emanaba de los carteles, igual que durante la dictadura militar”. Y, agregaba la escritora, en comento, “siento que el militarismo en Panamá fue el resultado de un proceso que pudo haber tomado unos 10 o 15 años a partir del tratado de 1936 (Arias-Roosevelt). Los civiles fueron incapaces de llenar el puesto que el convenio les creó, y se lo fueron dejando a los militares, sin desarrollar conciencia sobre el riesgo que ello implicaba”.

Respecto al golpe militar y la injerencia estadounidense, dice doña ‘mami’, “es un hecho que no lo desconocían y miraron para otro lado; en los años siguientes brindaron su respaldo militar, económico y político”.

Sin embargo, su preocupación por el militarismo no cesó con el advenimiento de la democracia formal, después de la invasión estadounidense de 1989. Por el contrario, así deja constancia de dicho desasosiego: “Precisamente en estos días (2008) en que estoy por terminar estos recuerdos de mi vida, Estados Unidos y el gobierno del señor Martín Torrijos dan señales de querer otorgarle a los militares el mismo rol que tenían antes del retorno a la democracia en 1989. Robert Gates, Secretario de Defensa, ha dicho sin ruborizarse que la policía panameña es un cuerpo militar con misiones en ese sentido. Me parece escuchar el mismo lenguaje de finales de los años sesenta, cuando excusándose en la amenaza del comunismo, toda América Latina fue militarizada con dictaduras que contaron con el respaldo o indiferencia de Estados Unidos. La situación ahora (pretexto) es el terrorismo y la delincuencia internacional (narcotráfico), pero en lugar de fortalecer el papel policial, Washington ha vuelto a hablar en términos militares”.

En síntesis, en opinión de una ilustre militante civilista de la clase del Club Unión, así como para la mí: “El país ha sido dirigido por una “clase política”, permisiva y sumisa a la injerencia estadounidense en los asuntos internos que competen resolver exclusivamente a los panameños, entre otros, al carácter de la Fuerza Pública nacional. Es decir, la militarización de los servicios de policía panameños, viene siendo impulsada -como en el pasado- tanto por la plutocracia corrupta y antinacional, como por el gobierno de los Estados Unidos”. Bayano Digital.

¡Así de sencilla es la cosa!

El autor es abogado y analista político.

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