• 27/05/2017 02:01

CSS: transformaciones requeridas

‘El reto es identificar las marchas y la fuerza necesarias para cada momento'

Los dos piñones del cambio. El lector intuirá que cuando hablamos de piñones nos referimos a los engranes de la bicicleta, aquellos que permiten la opción entre fuerza y velocidad según los requerimientos del camino. En este sentido es obvio que la Caja de Seguro Social (CSS) necesitará una marcha fuerte contra la loma empinada de los intereses egoístas prevalentes para poder entonces acometer el problema de los flujos y suministros de todos los insumos y servicios que se requieren para la atención de la salud, tanto medios diagnósticos como terapéuticos; además deberá efectuar una rápida y precisa revisión de cuentas que le permita a la institución y a la nación establecer los pronósticos de funcionamiento. Lo primero tiene que ver con la imagen y las obligaciones institucionales, lo segundo con la sostenibilidad.

Lo anterior permitirá emprender y demandar los acopios de recursos necesarios mediante una política de inversiones osada y transgresora que le dé a la institución pública una presencia competitiva en aquellos campos que le permitan un retorno seguro, pero que además la transformaría en una poderosa herramienta para el cambio social y económico del país. Lógicamente el liberar a la Caja de la atadura de depositar en instituciones que ulteriormente han de movilizar los fondos para dinamizar intereses ajenos es todo un reto que implica obtener el aval de la ley y comprensión ciudadana. Todo ello urge bajo la premisa de conservar el patrimonio de la institución construida por el pueblo con sus aportes. Esto deberá ser dentro de la esfera pública en su totalidad sin enajenaciones administrativas parciales ni tercerizaciones.

Además de lo anterior, con el piñón para la marcha larga deberá emprender una repriorización de los servicios de salud, haciendo énfasis en los centros de Atención Primaria inmersos en la población y en la geografía íntima de la ciudad y del campo. Sobre todo debemos comprender que tenemos un Estado para dos países: el de tránsito y el agroproductivo.

Una atención de primer contacto soportada en las tecnologías de las comunicación y transmisión de imágenes a distancia debe menguar la fuente de casos crónicos y agravados que entran en los centros de atención hospitalarios por culpa de una práctica que permite que el primer contacto sea el de la oferta terapéutica de tercer y cuarto nivel, dejando a un lado la promoción y prevención. Esta penetración sanitaria deberá hacerse con unidades de menor envergadura física, las cuales, al igual que una clínica privada, estén insertas en el interior de las vecindades, apoyadas en una logística de referencias escalonada para lograr la consulta satisfecha.

Cuando decimos menor envergadura , significamos que su complejidad debe ser menor que las actuales ULAPS y por lo tanto, no deben ameritar la construcción de una infraestructura, sino la rápida adecuación de unidades de vivienda que se adquieran para el propósito.

Lo anterior presupone una tarea de reeducación del posgraduado para que el recurso humano recién formado sea reorientado e incentivado hacia una práctica en el nivel que el país requiere. En la actualidad este recurso y el país son objetos de una orientación perversa hacia la excesiva especialización.

Todo lo expuesto con anterioridad implica que las instituciones asimilen la necesidad de crear instancias de dirección que orienten hacia la reconversión docente y a la evaluación de la productividad del trabajo con un sentido de planificación y epidemiologización de la oferta de servicios.

El reto es identificar las marchas y la fuerza necesarias para cada momento.

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