• 23/03/2014 01:00

Estamos distraídos, cuidado...

Personalmente no me opongo a la reelección inmediata ni a que un partido se repita en el gobierno

Desde el día uno después de que el Tribunal Electoral anunció al ganador de las elecciones del 2009, estamos en campaña política. No hemos descansado, no nos han dejado... hemos visto y escuchado de todo, de todos, contra todo y contra todos. 

Pero los últimos... ¿doce meses?, quizás más, han sido verdaderamente desquiciantes. Tanto en la política pura como en los temas relacionados con la corrupción rampante de este gobierno más en cinco que en cien, que van desde los sobreprecios hasta los casos con pilluelos internacionales, las campañas sucias y... toda la suerte de actos que riñen hasta con hacer dudar si hay materia gris generando todo lo que vemos y escuchamos. 

Pero, lo que más me preocupa en este momento, en que estamos en la recta final de la campaña, gracias al Creador, es ese ambiente que se ha estado creando con miras a obtener resultados favorables el cuatro de mayo. No hay que ser muy ducho en política, solo malicioso, con mucho de mal pensado, desconfiado, y tener el suficiente interés por lo que pasa en país, para ver lo que nos están haciendo frente a nuestras narices. Pero, ‘aló, ¿estamos?’... 

Señores, aunque suene trillado, romántico, idealista, defendamos lo que tanto sufrimiento nos costó: nuestra democracia; que no es perfecta. Como producto de la interacción humana, podemos pretender que lo sea, pero difícilmente lo será. Sin embargo, es la base para que podamos impulsar una sociedad en la que los DDHH e individuales, la justicia social —y de los tribunales—, esa igualdad tan comentada y poco real, la convivencia pacífica y un Estado que no sea víctima de atracadores a plena luz del día sean más posibles. 

Personalmente no me opongo a la reelección inmediata ni a que un partido se repita en el gobierno, PERO en este caso SÍ ME OPONGO CON TODAS MIS FUERZAS. No es posible que permitamos que este señor que manda hoy se salga con las suyas. Pero para eso, se requiere que quienes pueden hacerlo, lo frenen. Los Juan Carlos deben sentarse para hacer un frente común contra este desacierto que nos ha desgobernado gracias al 62% aquel que le compró el cuento en el 2009, de lo cual muchos se sienten tristemente culpables. 

EDUCADORA (R). 

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