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- 03/03/2021 00:00
Cuidar la Tierra para salvarnos
El hombre amenaza su existencia, al usar los recursos como lo impone el modelo económico vigente. Puede salvarse, si cuida la Tierra, al usar los recursos.
La Tierra es nuestro único hogar, y la casa para más de 7800 millones de personas.
Como una madre que cuida sus hijos, nos dio lo necesario para vivir mientras mantuvimos con ella el vínculo de cuidado mutuo.
En la Tierra, los organismos interactúan entre ellos, y con su entorno físico, creando unidades funcionales llamadas ecosistemas. El agua, el aire, el suelo, los árboles, los animales, etc., todos recursos vitales para la vida humana, dependen de los ecosistemas.
Al principio, el hombre usó los recursos sin afectarlos. Hasta que rompió el vínculo.
Durante el primer proceso de transformación económico, social y tecnológico, conocido como la Revolución Industrial, los humanos ganamos beneficios y destruimos muchos ecosistemas. Desarrollamos las competencias para satisfacer nuestras necesidades. Ganamos seguridad y bienestar, mientras descuidábamos, más y más, nuestro vínculo con la Tierra.
A esta forma de usar los recursos la llamamos “progreso”; y al vínculo roto de cuidar la Tierra, “crecimiento”.
Progreso y crecimiento impulsaron otros procesos de transformaciones económicos, sociales, tecnológicos, y políticos, dotando al hombre del dominio sobre su entorno. También, de una mayor capacidad para dañar la Tierra, y crear graves problemas ambientales que hoy amenazan su existencia.
El calentamiento global, la contaminación atmosférica, la desertificación de suelo arable, la acidificación y contaminación por plásticos de los océanos, la contaminación de las fuentes de agua dulce, y más recientemente, recrear las condiciones para la pandemia de la COVID-19, y sus variantes.
La solución exige parar la destrucción de los ecosistemas, y cambiar las formas de usar los recursos que impone el modelo económico vigente, por otras que cuiden el ambiente.
Necesitamos cambiar la relación que prevalece entre el hombre y la naturaleza, por la del hombre con la naturaleza.
Ello implica lograr los acuerdos políticos, locales y globales, junto con los cambios culturales y económicos que restablezcan el perdido vínculo de cuidado mutuo, entre el hombre con nuestro único hogar, la Tierra.