• 21/12/2016 01:02

Felicidades y preocupaciones de diciembre

‘La Lista Clinton resulta tan aciaga como fue la invasión de 1989'

En el calendario de nuestra nacionalidad y de nuestra cultura judeocristiana diciembre tiene fechas importantes para nosotros; el 8 y 24 son de carácter religioso y de celebraciones familiares respetadas con fervor, mientras que el 20 es fecha de una invasión que aquí nadie pidió. Esta última fecha encuentra un país muy distinto al de hace 27 años.

Con una economía estancada, bancos cerrados, sin moneda en circulación, desempleo galopante, protestas diarias en las calles, detenciones a tutiplén, vivíamos un caos permanente, sin esperanzas. Basta recordar que los preparativos para celebrar aquella Navidad eran inexistentes por el ambiente tenso y desconsolador, con la mayoría de ciudadanos en activa oposición al Gobierno. Derivó en el degradante saqueo del comercio capitalino por ciudadanos de muchos estratos sociales que aprovecharon una oportunidad de actuar libremente al margen de la ley.

Basta reflexionar hoy sobre nuestro entorno. No todo es color de rosas y hay mucha preocupación en sectores de la población; pero en un ambiente de libertad hay dinero en los bolsillos de la gente. Se distribuyeron más de 425 millones de balboas a empleados públicos y privados en concepto de décimotercer mes, y a ahorristas sus ahorros de todo el año. Los comercios, recibiendo clientes panameños y extranjeros, esperan hacer su ‘agosto' este diciembre ofreciendo incentivos y descuentos, incluyendo el ‘Black Friday'.

El desfile de Navidad fue el deleite de niños en la capital, dibujando sonrisas de alegría en sus rostros inocentes. Finas iluminaciones de parques y plazas las adornan con motivos navideños. Digno de mención es que no se ha dado el derroche de fondos públicos en fiestas en oficinas públicas.

La Teletón, como siempre, fue un éxito que excedió las metas de recaudación trazadas. También abundan exitosas graduaciones escolares y universitarias, lanzando a jóvenes ilusionados a buscar su primer empleo.

Sin embargo, también hay manchas que tienden a opacar el ambiente optimista que quisiéramos ver en todo el país en esta época. Hay calamidades y hechos vergonzosos y preocupantes que nos desconciertan. El más reciente y dramático que vimos en televisión fue la aglomeración y forcejeo inaudito por una turba desesperada por comprar los jamones navideños ofrecidos a precios de baratillo: uno se pregunta ¿a qué anomalía social se puede achacar ese comportamiento tan desesperado, irracional, iracundo? ¿Por qué se perdió razón, paciencia y disciplina para impedirle a seres inteligentes entender que controlando sus conductas podían satisfacer plenamente sus deseos con orden y respeto por los demás? ¿Falta de cultura y educación? Afortunadamente la escena no se repitió en los siguientes días ni en otros lugares del país y es de esperar que en eventos futuros se organice un mejor sistema de distribución de esos productos alimenticios para la Navidad u otras épocas.

Otra noticia desalentadora fueron los más de 48 mil estudiantes de nuestro sistema educativo público que reprobaron el año; un total de 10 mil más que en 2015. Pueden ser muchas las causas pero lo cierto es que compete a toda la comunidad educativa —padres, educadores, estudiantes, Gobierno— salvar esos costosos fracasos.

La época tampoco será feliz para quienes perdieron sus viviendas y pertenencias por los derrumbes y deslizamientos causados por las lluvias provocadas por Otto, como tampoco será para quienes sufren los odiados tranques en la capital.

Como colofón de estos sinsabores todos compartimos la preocupación de los profesionales y empleados del ícono del mejor periodismo panameño, como es La Estrella de Panamá , auténtica fuente de referencia de nuestra historia ahora en injusto e insólito peligro. La Lista Clinton resulta tan aciaga como fue la invasión de 1989.

EXDIPUTADA

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