Dirigencia, elecciones y razones

La llegada del año 2021 plantea nuevos retos para la educación superior. En primer lugar, las pruebas de admisión de los estudiantes de primer ingreso y la matrícula de verano.

El histórico flujo de datos de los estudiantes de primer ingreso, aunado a la imposibilidad de apersonarse a las facultades, ha resultado en una situación crítica, ya que los medios tecnológicos con los que cuenta la Universidad son limitados, por múltiples factores, que van desde un presupuesto asignado que no va ligado a las necesidades que tiene, llegando hasta un personal de informática agotado por la excesiva cantidad de situaciones que debe resolver en tan poco tiempo.

¿Es culpable la Universidad de Panamá de tener un presupuesto asignado que no responde a la realidad? ¿Cómo se puede denigrar al personal de las facultades que trabaja con los medios que tiene a su disposición?

Inculpar personas que hacen todo lo posible no resuelve nada, se necesita ser parte de la solución con propuestas bien fundamentadas y que no tengan como propósito dañar a los demás. Se necesita simplificar la información para que el departamento encargado pueda solventar lo que ocurre. Esto es posible a través de formularios donde se coloquen los datos claves referentes a la incidencia.

Además, para los estudiantes de primer ingreso, deben habilitarse, por parte de la administración, listas de difusión a través de correo electrónico o vía mensajería móvil, donde se informe todo lo que ocurre en materia de cambio de fechas, necesidad de actualización de datos, etc.

Todas las facultades podrían tener páginas oficiales en redes sociales, donde informen todo lo que necesita conocer el estudiantado para su proceso de admisión, matrícula y divulgación de decisiones tomadas. Entre otras tantas ideas que deben ser tomadas en cuenta.

En segundo lugar, este año se espera elegir a nuevas autoridades, cambiar el control de los centros de estudiantes, las representaciones estudiantiles ante los organismos universitarios y otros cargos contemplados en el Estatuto Universitario.

Fuera de la Universidad de Panamá existe una concepción recurrente de que los estudiantes van a otros propósitos ajenos al estudio. Esto se fundamenta en escándalos que han salido a la luz de malos manejos de fondos por parte de centros de estudiantes, estudiantes que permanecen dos o tres veces más del tiempo que debe durar la carrera en que están matriculados, con el propósito de seguir lucrando, proselitismo basado en regalar comida, dinero, invitaciones a fiestas y alcohol desmedido, entre otros.

Pero ¿qué ocurre cuando se acercan las elecciones universitarias y el voto no se puede conseguir por estos deshonrosos métodos? Surge un vacío que es rellenado por prácticas lesivas. Recurren a la difamación, la calumnia, la injuria y el descrédito.

No se consigue nada desprestigiando ni al personal universitario ni a otros estudiantes. Lo más importante debe ser, para la comunidad universitaria, la academia. Es necesario construir una mejor universidad, enfocada en el estudio y el crecimiento personal del estudiante.