• 11/04/2024 23:00

Discriminación por la apariencia del cuerpo y por el peso

[...] no existe el cuerpo ideal o perfecto, hay diversidad corporal [...] todos los cuerpos merecen respeto

Tenemos el derecho a no ser discriminados, sin embargo, existen viejas y nuevas tendencias visualizadas por los medios tecnológicos, que se dan en la sociedad, que afectan a determinados grupos de personas, no por su raza, sexo, o discapacidad, sino por su cuerpo o su peso.

Hay personas que son avergonzadas por su peso corporal (fatshaming), o son odiadas o rechazadas por ser gordas (gordofobia). Se les considera poco simpáticos, tontos, y no inteligentes. En otros casos está el body shaming, que consiste en avergonzar o burlase de alguien por la apariencia de su cuerpo, por su altura e inclusive su forma de vestirse.

Se discrimina a las personas gordas o gruesas con burlas despiadadas y humillaciones realizadas por los agresores que lo llevan a cabo en cualquier sitio, aunque es en las escuelas donde más sufren los niños y adolescentes con sobrepeso, ya que son sometidos a una gordofobia, a un acoso, en el que sus compañeros suelen tratarlos de manera diferente, en su grupo y en su lenguaje con calificativos de “gordo” o “gorda”, ballena, panzón, los marginan, a lo que hay que añadir, que el sistema educativo no tiene pupitres adecuados para ellos.

También preocupa que estas personas también son maltratadas psicológicamente en sus hogares por parte de sus padres o hermanos, afectando con ello su bienestar general y su rendimiento escolar, conduciendo en ocasiones a graves daños a la salud, al someterse a tratamientos riesgosos para bajar de peso, o en situaciones muy graves, e incluso el suicidio. Toda esta situación de acoso la soporta la víctima en silencio, y no falta la complicidad de amigos en el colegio, que participan o dejan que la víctima sufra esas humillaciones.

Pero, ¿nos hemos sentido ofendidos por nuestra apariencia en algún momento? Por supuesto, porque la sociedad tiene modelos estandarizados, del cuerpo perfecto o ideal, la delgadez, que es lo supuestamente bonito y lo atractivo, en la que por cierto las personas con cuerpos voluminosos no tienen cabida, ni tampoco aquellos que tienen imperfecciones. Esto da lugar no solo a una violencia de cara a cara, sino también a un ciberacoso, que se produce en todos los entornos sociales: escolares, políticos, laborales... Hay que señalar que las visitas al médico son poco estimulantes, pues lo primero que ven es si está gorda o con sobrepeso.

Y el desprecio y el rechazo hacia estas personas que no tienen el cuerpo “ideal”, “perfecto”, se concreta con frases, porque la sociedad y los medios de comunicación promueven hacia la delgadez, que supuestamente representa la felicidad y ser exitoso. Algunas de estas frases son: “tienes una cara muy bonita, pero si rebajaras de peso te verías mejor”. “Se lo merece por ser gordo”. “Siempre piensas en comer”.

Con el bodyshaming, los agresores avergüenzan a sus víctimas por su cuerpo, su cara, su pelo, su estómago, tanto a hombres como a mujeres, pero preferiblemente a estas últimas. Les dicen a sus víctimas: “estás muy delgada” (skinny shaming), “parece que esa camisa no te queda”, “¿por qué no te pones tacones?, “el pelo largo te quedaba mejor”, “esa ropa no te favorece”. Es un tipo de violencia simbólica contra la mujer, que ataca a la persona por no tener el cuerpo “deseable” en la sociedad, dando lugar, a que se recurra en ocasiones, a los filtros de instagram para ocultarlos, a píldoras adelgazantes, a cirugías estéticas, lifting de brazos, o reducción del estómago, entre otros.

El trato diferente hacia las personas por los motivos señalados, provocan graves consecuencias físicas, y sicológicas, que dañan la autoestima de la víctima, provocan aislamiento, inseguridad, ansiedad y depresión entre otros, y en general, atentan contra la dignidad de las personas.

Por tanto, contra estos fenómenos, han surgido organizaciones activistas, al igual que leyes para reivindicar los derechos de las personas, que se ven afectadas por discriminación, debido a su cuerpo o su peso, en el mundo laboral, en la atención médica, entre otros.

En fin, no existe el cuerpo ideal o perfecto (bodypositive), hay diversidad corporal, y tenemos que aceptar nuestro cuerpo (body neutrality), y reconocer que todos los cuerpos merecen respeto, y ante inapropiados comentarios, eludirlos o responder que estamos contentos con nuestro cuerpo, o como dice el movimiento fat pride, hay que sentirse orgulloso de ser gordo, porque serlo no significa estar enfermo ni tener menos capacidades respecto a los demás, pues “lo que sí enferma a una persona gorda es ser señalada constantemente por su peso o por su talla”, (Salazar, 2023).

La autora es catedrática de derecho penal
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