• 21/03/2010 01:00

Estabilidad del docente universitario

El Consejo General Universitario, en la sesión del 2 de marzo de 2010, ha dado un paso importante al dejar sin efecto la aplicación del ...

El Consejo General Universitario, en la sesión del 2 de marzo de 2010, ha dado un paso importante al dejar sin efecto la aplicación del artículo 392 del Estatuto Universitario y que, por lo tanto, se respeta el derecho adquirido de los docentes nombrados por resolución.

Es una conquista, además, de muchos docentes —y Juntas de Centros, de distintas unidades académicas que veíamos como injusto e ilegal devolver al docente a banco de datos por no poseer título de especialidad. Más aún, cuando ese requisito es, sine quo non , para poder ascender de categoría: el profesor especial 3 para ascender a profesor especial 4, o para que un profesor concurse para una cátedra, tienen que poseer título de maestría o doctorado en la especialidad, más los cursos de docencia superior.

Quienes luchamos para que se dejara sin efecto la norma mencionada, aceptamos que, en el contexto en que hoy se mueve la docencia superior, es perentorio establecer mecanismos que fortalezcan la calidad de la docencia impartida en las universidades. No negamos, tampoco, que ese mismo proceso exige de la más elevada especialización de nuestros profesores la cual hemos de alcanzar, eso sí, sin que se afecte los derechos adquiridos como es el hecho de poseer cinco o más años de docencia y haber sido evaluado satisfactoriamente.

Necesitamos, en razón de esas metas estratégicas, que la Universidad defina políticas, de corto y largo plazo, que faciliten el trabajo que llevan adelante los docentes en su tarea de alcanzar la excelencia del egresado. Pero, esta es una parte de un proceso más general. El compromiso social de la Universidad exige que el desempeño de nuestros profesionales, como el recurso humano más capacitado de la nación, se vincule como parte de las respuestas a los problemas nacionales. Este es un valor agregado que posee el país.

Los docentes de las más diversas disciplinas del conocimiento, además de formar profesionales y técnicos, debemos aportar vías razonadas que contribuyan a superar los serios problemas a los que se ve sometida la sociedad panameña. Las políticas que se lleven adelante en el próximo quinquenio, con las nuevas autoridades al frente de la COLINA, deben abrir espacios de oportunidades, sobre todo que la creatividad nos ayude a redefinir aspectos sensibles del quehacer académico como lo es, para citar un caso, la “ estabilidad docente ”.

A la fecha, los concursos para adquirir la regularidad y los ascensos de categorías, tanto para los profesores especiales como para los profesores regulares, ha generado justificadas inquietudes. La preocupación de los docentes deben tomarse en cuenta y, sin desconocer el espíritu de la excelencia con que se ha justificado el nuevo modelo de carrera académica, hay que revisar los alcances y la efectividad de varios de los procesos normados en el Estatuto Universitario, de manera que dichas políticas sean mecanismos reales para impulsar la excelencia académica y no obstáculos para ella.

*Docente universitario.jayan2258@gmail.com

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