• 13/12/2014 01:00

La navidad comercial, un dólar menos

El blanco cuesta un dólar más, el bebé negro es un dólar más barato. Esto es indignante

Lo que escribo seguramente no es nuevo ni alcanza a reflejar justamente lo que siento. Cierto es que la navidad comercial, convertida en negocio de pocos y exceso de otros, es un reflejo lastimero del apetito voraz del mercado y la alienación de sus víctimas.

Sin embargo, para los cristianos y católicos comprometidos, ningún espectáculo comercial, por elaborado que sea, es suficiente para opacar el brillo de la verdadera Navidad (con mayúscula), esa que recuerda a los cristianos la venida de Jesús en el anonimato del pesebre, gracias al magnífico Sí de María. Para los no creyentes que comparten el espíritu de solidaridad y avenimiento del fin de año, igualmente el espectáculo comercial se convierte en motivo de reflexión.

Pero llega un punto en que los excesos pasan a ser insoportables por el mensaje indigno, dañino y falso. En una afamada farmacia de la localidad, en la que la navidad comercial alcanza uno de sus máximos reflejos, los juguetes, de precios prohibitivos, también reflejan los estereotipos y las facetas más lamentables de nuestra sociedad. El racismo, que no es solapado, se manifiesta en el precio de los bebés. Dos bebés idénticos, tienen diferente precio. El blanco cuesta un dólar más, el bebé negro es un dólar más barato. Esto es indignante.

No tardará la casa comercial en argumentar que quien escribe es una acomplejada y que el precio solo refleja la realidad de la demanda o tal vez un error (ojalá). Mentiras. El precio refleja el valor de la cosa y el mensaje, al menos para mí, es claro, el bebé negro ‘vale’ menos. Espero honestamente que alguien corrija esta situación.

Ciertamente es más fácil comprar y repartir regalos en Navidad que dar amor y mantener compromiso social todo el año. No obstante, celebro profundamente el espíritu de solidaridad que se expresa en la Navidad y se traduce en comprar miles de regalos para los niños propios y los ajenos. Espero solo que el bebé negro más barato nos haga reflexionar sobre nuestra condición de clientes y no de ciudadanos; de oferentes y no de hermanos, de cristianos o no cristianos.

Deseo profundamente que la Navidad sea feliz para todos, creyentes y no creyentes. Para los que tenemos la gracia de la fe cristiana, que el Buen Jesús renazca en cada hogar y para los que profesen otro credo o ninguno, igualmente que Dios les bendiga en esta tierra panameña.

*ABOGADA, ESPECIALISTA EN AMBIENTE Y DESARROLLO.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus