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- 25/11/2008 01:00
Ética e intereses creados
Me sorprende que algunas personas hablan de antenas de celulares y ondas electromagnéticas tratando de justificar lo injustificable en nombre de la “Cultura Científica”, sin considerar o conocer lo que es la ética científica o profesional, así se puede ir muy lejos sin llegar a ningún lado. La ética profesional no se relaciona con ganar dinero por un trabajo, sino con que el trabajo hecho no cause daños a corto o largo plazo a la salud de las comunidades. La calificación moral de ese comportamiento es la que nos califica o descalifica para opinar sobre el asunto.
Un científico tiene cultura científica, pero no todos los que tienen cultura científica son científicos. Las microondas que generan las antenas de telefonía celular son radiaciones electromagnéticas, y si bien no son “rayos letales” sí son dañinos a los tejidos vivos, aún a baja potencia.
Para contribuir a la “cultura científica” de los aludidos podemos citar algunos de los miles de investigaciones que se han documentado. Desde las que prueban que estas radiaciones provocan efectos en las biomoléculas (Daniells et al., 1998; Weisbrot et al., 2003; Barteri et al., 2005); en la proliferación celular (Velizarov et al., (1999); interferencias con procesos inmunitarios (Novoselova y Fesenko, 1998); efectos en la capacidad reproductiva (Dasdag et al., 1999; Davoudi et al., 2002); efectos genotóxicos (Garaj-Vrhovac et al., 1991; Lai y Singh, 1995; Balode, 1996; Reflex, 2004); efectos sobre el sistema nervioso (Kolodynski y Kolodynska, 1996; Beasond y Semm, 2002; Kramarenko, 2003; Marino et al., 2003; Salford et al., 2003); sobre el sistema circulatorio (Szmigielski et al., 1998) y un descenso en el número de nacimientos (Magras y Xenos, 1997; Balmori, 2005).
Sobre la “Primera Batería” del Mundo, me parece que fue la encontrada por Koning en una excavación arqueológica en Rabua, Irak en 1936, que se estima tiene 4000 años de antigüedad. De hecho, algunas culturas precolombinas americanas utilizaban baterías eléctricas primitivas. De otra manera no podrían explicarse las magnificas piezas de cobre bañadas en oro por galvanoplastía que se exhiben en algunos museos. De hecho, pensar que la verdad es solo la parte que nos conviene, es ignorar la verdad y vivir en la mentira.
-El autor es consultor ambiental.eesquivelrios@gmail.com