• 21/02/2014 01:00

Educación y desarrollo

El desarrollo integral de un país es vital para que sus ciudadanos puedan satisfacer sus necesidades y alcanzar un nivel de bienestar. N...

El desarrollo integral de un país es vital para que sus ciudadanos puedan satisfacer sus necesidades y alcanzar un nivel de bienestar. No es casual que los países desarrollados tengan como denominador común elevados niveles educativos y culturales, mientras que los subdesarrollados registran bajo nivel educativo y cultural, alta proporción de analfabetas e iletrados y precario desarrollo en ciencias, artes y oficios.

A su vez, la educación es clave para la competitividad que, en empresas y países, se traduce en mayor eficiencia y productividad. Si bien Panamá registró una mejoría en educación en el Índice Global de Competitividad 2013, especialmente en calidad del sistema educativo, incluyendo Matemáticas y Ciencias, aún nos faltan grandes retos por afrontar en materia educativa.

Los países que, literalmente, se han puesto las pilas en materia educativa han alcanzado notables progresos, como son China, en el Lejano Oriente, y Chile en América Latina. Y es que la educación no solo abre oportunidades de un mejor nivel de vida, sino que aleja a los niños y jóvenes de la delincuencia. ‘Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres’, dijo al respecto el filósofo y matemático griego Pitágoras en el siglo V antes de Jesús.

La educación está en crisis en Panamá, y esta lamentable situación afecta sobre todo a quienes dependen del sistema público, que sirve a la inmensa mayoría de los niños y jóvenes, especialmente en áreas marginadas y comarcas indígenas. Para insertar a esa enorme población escolar en el desarrollo económico y social, es imprescindible mejorar la educación y hacerla accesible a todos los estratos desde el nivel preescolar. Pero la mejoría integral debe comenzar por la calidad de los educadores, quienes son la medida de los futuros egresados.

El tema ha sido debatido por lo menos en diez eventos en la última década. Entre ellos cabe mencionar Educación, factor prioritario para el desarrollo, organizado por la APEDE; Estrategia Decenal de Modernización de la Educación Panameña, organizada por el Ministerio de Educación; Diálogo Nacional por la Transformación Integral del Sistema Educativo, convocado por el gobierno de Mireya Moscoso; Mesa de la Educación de la Concertación Nacional de 2007 y Mesa sobre el Sistema Educativo Nacional, convocadas por la Fundación para el Desarrollo Económico y Social de Panamá (Fundespa). Este esfuerzo ha contado con el apoyo del Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina (PREAL) y de la Unión Nacional de Centros Educativos Particulares (UNCEP).

En las elecciones de 2009, Fundespa presentó propuestas modernizar y ampliar la educación a todos los candidatos presidenciales. En conjunto con la ONG Unidos por la Educación y la Cámara de Comercio de Panamá, Fundespa organizó en 2013 un seminario taller titulado ‘La Educación en Panamá: cinco metas para mejorar’, en el que, luego de analizar la crisis, presentó una propuesta tomando en cuenta los acuerdos logrados en los diálogos previos sobre la educación.

Llama la atención que entre los problemas identificados está la sostenida disminución de la inversión educativa como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), hasta situarse en 2.5 % en 2010. Ello ocurre mientras se privilegia el uso de los recursos públicos en clientelismo político. En la víspera de nuevas elecciones presidenciales, resulta oportuno exponer las propuestas de Fundespa:

1. Aumentar la cobertura de educación al 80 % de los niños de 4-5 años en 2016 hasta alcanzar la cobertura total en 2021, e incrementar el porcentaje de docentes calificados en educación preescolar;

2. Aumentar a 95 % la cobertura de premedia al 2016 y en 100 % al 2021;

3. Asegurar el acceso a buena educación a los estudiantes en áreas de difícil acceso y en condiciones de pobreza, y eliminar gradualmente las escuelas multigrado;

4. Eliminar totalmente la deserción en primaria y reducir los niveles de deserción en premedia y media;

5. Aumentar al 4.3 % del PIB la inversión en educación en 2016 y al 5.8 % en 2021.

Al margen de estos objetivos fundamentales, resulta vital que el tema de la educación sea retomado por el próximo gobierno como agenda de Estado, y en esa vena impulsar la capacitación profesional y técnica de panameños en las actividades en las que el país se encuentra en déficit. Me refiero a gestión empresarial, especialidades marítimas y logísticas, informática, administración de empresas, mercadeo, alta tecnología y manejo de equipos para mega obras.

También cabe explorar vías para que el Estado apoye, igual que lo han hecho exitosamente otros países avanzados, la gestión de escuelas y universidades privadas, siempre y cuando cumplan con las normas y estándares oficiales. Una vez el gobierno atienda con responsabilidad la agenda educativa, Panamá y los panameños estarán mejor preparados para alcanzar el anhelado desarrollo integral.

PERIODISTA.

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