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- 29/08/2024 23:00
El arroz nuestro de cada día en su laberinto
Es muy conocido y repetido el término ‘analogía’, que se refiere a la relación de semejanza entre cosas diferentes. Para el caso que nos ocupa y que se hace referencia de manera constante en diferentes medios, es cuando citamos una de las frases del Padre Nuestro, que mantiene similitud, proporciones guardadas, con el principal grano de la dieta de los panameños: el arroz. Este ejemplo ha sido empleado en innumerables ocasiones, es repetitivo como una letanía, utilizando dicho paralelismo: “danos hoy el arroz de cada día”.
El consumo anual per cápita de arroz se calcula en unas 154.32 libras. Si a esto le añadimos la dualidad expuesta de nuestra plegaria religiosa y se entrelaza con el título de la obra de Gabo, Gabriel García Márquez, El General en su Laberinto, donde narra las angustias de los últimos días del libertador Simón Bolívar, el complejo entramado de nuestra actual realidad social, técnica, económica y política encuentra su justa dimensión para la compleja situación del arroz. No son exageraciones ni elucubraciones. En ambos ejemplos, el cristiano de la exhortación y el histórico del emancipador, encuentran asidero en la presente coyuntura, para solicitarle una licencia a la ciencia literaria que nos permitan estos sortilegios mágicos.
Tanto es así que, a diario y cuando se organizan los eventos para adquirir este producto alimenticio, en diferentes lugares del país, se forman largas filas y enormes colas, desde altas horas de la madrugada, con la finalidad de lograr dicho propósito y llevar el preciado alimento a sus hogares. Lamentos, gritos, improperios, empujones, personas mayores y de todas las edades, una que otra trifulca, por allá palabras soeces no aptas para oídos sensibles y menores de edad. Son los episodios que frecuentemente ocurren para lograr el objetivo de adquirir las 5 libras o paquetes de 20 libras por parte de nuestros sectores populares o sencillamente la “canalla” y el “memerre” en el sentido más amplio de la palabra en el argot pueblerino, que puede resolver los tres golpes.
Se habla y comenta de arroz de primera, arroz especial, grano largo y otros temas, pero muy pocos conocen en profundidad estos conceptos y criterios técnicos, manejados por legos y una gran mayoría de personas. Hay mucha confusión y especulación. Emplean varios términos, entre ellos subsidios, incentivos y compensación. Es una temática muy compleja y hay que estar dentro del “concolón” para tener una aproximación o ideas. No son temas sencillos de comprender. A grandes rasgos podemos expresar que: la diferencia entre un arroz de primera y especial se encuentra en el tipo de producción por parte de los molinos, pues para que sea arroz especial debe contener como mínimo 94, 5% de granos enteros, 5 % granos quebrados y 0,5 % arrocillo. En tanto, si es de primera, debe contar con un 70 % de granos enteros, 25 % granos quebrados y 5 % arrocillo”.
Existen ciertas características, aparte de las ya mencionadas, arroz en cáscara, sucio, con algún % de humedad, pilado, grado de impureza, malezas, se le brinda pulimiento.
Dentro de toda esa dinámica, se logró hace 10 años (2014) un acuerdo por parte de los molineros y el Gobierno de aquella época donde se firmó una resolución de subsidio, permitiendo mantener el precio a 40 centavos la libra, estableciendo control de precios.
Igualmente, los productores no están satisfechos con la reducción de la compensación de $16,00 a $7.50, pues la proyección de la producción, costos, insumos y demás aspectos se basó en las condiciones actuales y los insumos se han encarecido, la presencia de muchos más elementos importantes que no se han mencionado y que están influyendo.
De la misma manera, no se han enumerado protagonistas ausentes.
Por otro lado, la Acodeco (Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia) realizó un inventario nacional, enfocado en las distribuidoras y vendedores e identificaron escasez del llamado “arroz especial” que es un producto regido por el control de precios (y que fue eliminado, Decreto Ejecutivo No 27 de 14 agosto 2024) y manifiestan que hay distorsiones en el mercado.
Según las investigaciones existe 7.29 % de presencia arroz de primera versus 92.71 % arroz especial y que es del mayor precio. Hay el supuesto de que se está suministrando un subsidio a un arroz posiblemente inexistente; además, el subsidio se estipuló hasta el 30 de abril de 2025; algunos productores quizás no sembraron la superficie indicada, no se lograron los rendimientos esperados o la producción fue insuficiente, hay molineros que son productores y viceversa, locales comerciales financian la producción, etc. Los productores exigen reunirse con el presidente de la República.
La materia en cuestión, aunque parezca trivial y un asunto local interno, trata de asegurar la producción nacional, seguridad alimentaria y no depender de importaciones desmedidas. Hay demasiados actores en el drama, productores, molineros, comerciantes, empacadores, industriales, casas expendedoras de insumos, transportistas, trabajadores de campo y un sinfín de protagonistas e intereses comerciales y políticos. Es una dinámica y un entramado múltiple y complicado. Se requiere convocar a una reunión de la cadena agroalimentaria del arroz, para discutir, analizar seria y profundamente la problemática del Oryza sativa. Mientras tanto, a pesar de todos los obstáculos, que no exista escasez del grano y que esté a precios accesibles, pues el habitante de este país, de todos los estratos sociales, aspira a tener y no a que le falte en su mesa un sabroso plato de arroz.