• 22/08/2025 00:00

El perfil de los magistrados que
el país necesita

Hace 16 años escribí este artículo de opinión en este diario, y pienso que su contenido se mantiene vigente tras el paso de tres lustros, por lo que me atrevo nuevamente a incursionar en tan sensitivo tema, puesto que considero justo que la ciudadanía conozca otra opinión sobre lo que debe ser el perfil de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia.

Es del caso recordar que, en diciembre de este año, vence el período constitucional de los magistrados Angela Russo y Cecilio Cedalise, y le corresponde a los Órganos Ejecutivo y Legislativo, designar y aprobar a los ciudadanos que deben reemplazarlos en tan altas posiciones.

Sobre el perfil que deben tener los aspirantes, se ha dicho que deben ser especialistas en el área del derecho de la Sala a la cual pertenecerán; de probidad u honestidad comprobada; sin nexos o afiliaciones político-partidistas; de excelente trayectoria pública, entre otros requisitos, adicionales a los que nuestra Constitución Política exige.

Soy del criterio que además de los requerimientos constitucionalmente exigidos, la o el futuro magistrado de la Corte Suprema de Justicia debe poseer las siguientes cualidades:

En primer lugar, debe ser estudioso y trabajador.

El que conoce la labor que desarrolla un magistrado de la Corte Suprema de Justicia sabe que el magistrado no sólo debe ser especialista del área del derecho que corresponde a su Sala, sino que debe conocer de todas las competencias y leyes existentes.

Así en virtud de las acciones constitucionales, por impedimentos de otros magistrados, o por las materias propias de la Sala que se encuentre, deberá conocer: asuntos civiles, penales, de familia, de niñez y adolescencia, marítimos, agrarios, contencioso-administrativos y de derecho administrativo, laborales, electorales, comerciales, derechos humanos, migración, etc.

Por tal razón, quien exige como elemento primordial que la o el magistrado a designar, sea especialista en la rama del derecho que corresponde a su Sala, desconoce la realidad de los conocimientos que debe poseer el aspirante. Por ello, sostengo que más que ser un especialista en una materia determinada, debe ser una persona estudiosa y de mucho pensamiento lógico.

Adicionalmente, debe ser una persona trabajadora porque la cantidad de negocios que le corresponde atender actualmente es elevada. Por ejemplo, según el informe de gestión que presentó el magistrado Olmedo Arrocha, para el año 2024, ese año atendió 1.052 causas como magistrado de la Sala Civil, y 1.618 expedientes como parte del Pleno de la Corte Suprema de Justicia.

Aunado a esto, los nuevos magistrados tienen que brindar un apoyo activo e importante en la implementación del Nuevo Código Procesal Civil, y apoyar en la transición respectiva a las demás jurisdicciones que tienen a este código como norma supletoria. Además, debe considerarse las entrevistas u otras labores administrativas propias del cargo que poseen.

Por tanto, la persona que aspire a ser magistrado de la Corte debe tener claro que le espera mucho, pero mucho trabajo.

En segundo lugar, debe ser valiente y pensar en la institucionalidad y el país.

El cargo de magistrado de la Corte Suprema de Justicia impone que la persona que ejerza dicha posición sea valiente para tomar sus decisiones, las cuales muchas veces son incomprendidas, incómodas, política y socialmente difíciles, y censuradas con mucha vehemencia por la sociedad, principalmente en redes sociales. Sin embargo, son decisiones necesarias en aras de tutelar el Estado de derecho, la institucionalidad y la justicia, siempre pensando en el país.

Por eso estimo poco factible que se excluya de la posibilidad de aspirar a ser magistrado de la Corte Suprema de Justicia a aquellas personas con nexos o afiliaciones político-partidistas o político gremiales, porque en muchos casos las personas que se han preocupado públicamente por el país han utilizado como vitrina las organizaciones políticas para hacer sentir su opinión en pro de los mejores intereses de la patria. De ahí que perciba una vinculación inexorable entre aquellas personas “de excelente trayectoria pública” con aquellos ciudadanos que, alguna vez en su vida, han tenido una participación “político-partidistas o político-gremial”.

Por tanto, considero que ese argumento, no debe ser óbice para impedirles la oportunidad de servir fielmente a la patria. Por el contrario, en vez de cercenarle la oportunidad, es preferible cuestionar a los aspirantes sus consideraciones sobre distintos temas de su actuar público o social, para conocer si del pasado de la o el aspirante surgen luces de esa valentía y visión de país que estimo indispensable.

Espero que estos comentarios permitan brindar otra visión del perfil que necesitamos, confiando que los encargados de estas designaciones tengan la claridad necesaria, para realizar las mejores elecciones para magistrados de la Corte Suprema de Justicia.

Panamá y el Órgano Judicial lo necesitan.

*El autor es abogado litigante y conferencista del CPC
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