• 29/10/2013 01:00

Una generación estresada

Finalmente los médicos tuvieron que aceptar que el estrés, si bien no es una enfermedad, te causa enfermedades y malestares. No es que e...

Finalmente los médicos tuvieron que aceptar que el estrés, si bien no es una enfermedad, te causa enfermedades y malestares. No es que el estar estresado signifique que estás enfermo, pero lo que significa es que estás a punto de enfermarte. Aquel que comprenda que está pasando por un periodo de estrés, tiene que buscar corregir la situación, o arriesgarse a un infarto, derrame, desajuste emocional o hasta la consideración del suicidio.

Épocas atrás, cuando mi papá, doctor, vivía, cuando desconocían las causas de una enfermedad, la atribuían a un virus no identificado, y si moría el paciente, era por complicaciones. En fin de cuentas, el médico lo que reportaba en el certificado de defunción era que ni supo que tenía, ni mucho menos por qué murió. Hoy, el virus lo hemos cambiado por el estrés. Los médicos ahora en muchos casos su diagnóstico incluye que el enfermo está estresado y la medicina para curarlo incluyen medidas para relajarse y dejar el estrés a un lado.

Excelente, pienso yo, si no me dejo estresar tengo grandes posibilidades de vivir más. Pero, ¿cómo no me estreso en una sociedad donde todo tiende a estresarte? Todo lo hacemos contra reloj, todo trae un plazo fatal, lo que conlleva un aumento de estrés al acercarse el fin del plazo. Vivimos en una sociedad competitiva, donde prácticamente competimos por todo. Desde competir en tu empleo para mejorar tu salario hasta competir con tus amistades por mantener el mejor ritmo de vida. La vida cotidiana te estresa, problemas de seguridad, de costo de vida, de horario de trabajo, problemas de tus hijos en la escuela, falta de tiempo. No hay duda de que son pocos los que dominan el arte de utilizar sanamente su tiempo, pudiendo programar con éxito tiempo de trabajo, tiempo para tu esposa, tiempo para compartir con tus hijos, tiempo para cumplir eventos sociales, tiempo para inclusive relajarte, para hacer ejercicios, para distraerte.

Y, cuando no encuentras tiempo para algo, empiezas a estresarte, culpas a otros por tu falta de tiempo, finalmente vives estresado tratando de balancear con calidad tu tiempo. Nuestra generación ha sido la reina del estrés. Por alguna razón desconocida para mí, nuestra generación inventó que podíamos hacer de todo y que teníamos tiempo para todo. Hoy no entiendo como mi papá podía ser excelente médico y profesional y todos los días dormía siesta. A mí no me alcanza el tiempo ni para ir a comer a mi casa, claro mi papá no supo que existirían tranques en las calles, ni miles de carros con manejo desordenado en las vías, no conoció comida rápida, ni la televisión le daba 100 canales y una vista al mundo y a los deportes mundiales simultáneamente y en vivo, lo que te pone a ver, como días atrás, un juego de la serie mundial junto a uno de la NFL y al del Árabe Unido vs Houston Dynamo teniendo que pasar de uno a otro canal para ver los tres.

Todos estamos cayendo en el estrés. El que no lo entiende no lo puede remediar. Recuerdo cuando un viaje al interior era relajante, veías la campiña, los pueblos y los campesinos con interés. Hoy es una carrera a tu destino, con una desesperación por llegar y pendiente desde el viaje de ida al suplicio del viaje de regreso y los tranques. Quizás lo único que nos puede aliviar el peso del estrés actual, es pensar en el estrés de nuestros nietos. En días pasados recibí un e-mail que me fascinó. Tres figuras, el telefonito del niño de seis años de hoy, un Android, el telefonito que le compramos a nuestros hijos a los seis años, un telefónico con llantas y de plástico con ojos y boca, y finalmente el telefonito de nosotros a los seis años, dos latas unidas por un hilo. Tomando en cuenta los cambios tecnológicos, nuestros nietos tendrán mucho más estrés que nosotros y quizás para cuando estén ya grandes las sociedades del futuro tendrán medidas antiestrés incluidas en su modo vivendi, desde evitar desplazamientos, obligación de más tiempo en familia y un sistema mejor de vacaciones que permita al trabajador disfrutar sus vacaciones con un mes de salario adicional al normal, para que pague sus cuentas mensuales y le quede para ir a vacacionar.

La lucha contra el estrés tiene que hacerla la sociedad entera. Los medios de comunicación, léase radio, televisión y prensa, deben tener programas de relajamiento, distracción, comedia y balancear esa programación estresante de novelas, noticias rojas, violencia. Yo en lo personal, no permitiría programas de competencias de menores de edad donde todos los participantes no reciban un reconocimiento y premio. El estrés causado a niños menores que van siendo descalificados me deprime y al menor lo estresa, eso se lo reduces si sale con algo.

Quizás desde ya necesitamos dos leyes: una que el patrono y el Estado tengan que pagarle las vacaciones a sus empleados con un sueldo adicional para que pueda disfrutar sus vacaciones de verdad. Si solo le das sus vacaciones y él tiene que pagar casa, carro, mueblería, comida como todos los meses no tiene cómo irse de vacaciones, solo quedarse en casa. La otra, obligar a que todo concurso con menores de edad esté obligado a darle premio a todos los participantes.

Y a ti, amigo, un consejo. Para no estresarte, solo has lo que te gusta, complaciendo a otro solo te estresas más.

INGENIERO INDUSTRIAL Y ANALISTA POLÍTICO.

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