• 03/08/2023 13:58

Un fallo ignominioso

El fallo emitido por la Jueza con respecto al delito de violación carnal cometida contra una niña, quien además presenta discapacidad, por el rey Teribe constituye, sin duda, una afrenta pública.

La Real Academia de la Lengua Española define la ignominia como una afrenta pública y la afrenta como una vergüenza y deshonor que resulta de un dicho o hecho, como la que se sigue de la imposición de penas de ciertos delitos. El fallo emitido por la Jueza con respecto al delito de violación carnal cometida contra una niña, quien además presenta discapacidad, por el rey Teribe constituye, sin duda, una afrenta pública.

Cómo es posible que en pleno siglo XXI y habiendo leyes que condenan un acto tan deleznable, una representante de la justicia otorgue una sentencia tan benévola de unos meses de trabajo comunitario a un delincuente quien, investido de su rango dentro de la jerarquía de su pueblo, puede seguir abusando de menores de edad.

Respaldamos la actuación de la Defensoría del Pueblo frente a estos hechos e invitamos a las organizaciones de protección de la niñez, de lucha por los Derechos Humanos, por los Derechos de la Mujer, así como a las organizaciones internacionales y a las entidades públicas como el MIDES y el recién creado Ministerio de la Mujer y principalmente a la SENADIS a manifestarse sobre este fallo que constituye una afrenta pública.

Desde que hicimos el primer estudio sobre violaciones carnales en Panamá y San Miguelito, en los inicios de la década de los noventa, encontrando fallos alejados de las disposiciones legales, se introdujeron reformas importantes con condenas más severas y teniendo en cuenta los agravantes, cuando se trataba de menores de edad y más si había una condición de discapacidad.

El fallo de la “famosa” jueza, hecha por tierra todo lo avanzado y la pregunta es si por tratarse de una niña con discapacidad mental y un “famoso” rey de una comarca indígena ¿puede pisotearse la dignidad y desconocerse el horror vivido por esa niña?

El otro crimen monstruoso también reciente de la bebé de tan solo 4 meses, golpeada y violada, esperamos que no quede en la impunidad que ha tenido éste.

Permanecer indiferentes ante estos hechos nos hace cómplices. Quizá estos hechos llaman la atención por sus características, pero tenemos que ser bien claros en que no son los únicos. Nuestra niñez y nuestra familia están viviendo situaciones muy críticas y los políticos no pueden seguir mirando para el otro lado. Ya es hora de que, quienes aspiran a gobernar la Nación Panameña, no sólo enfoquen el crecimiento económico como la panacea, sino también la tragedia humana derivada de la pobreza, la exclusión, los abusos y la violencia en todas sus formas.

La autora es profesional del trabajo social y la política social / catedrática de la Universidad de Panamá
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