• 12/03/2021 00:00

Farsantes extranjeros explotan a humildes panameños

“Se hace necesario y es urgente que alguna autoridad cuide a todos los panameños, principalmente a los de escasa cultura (lo dice la Constitución muy claramente)”

Por una casualidad, en días pasados, sintonicé un programa de radio y lo escuché íntegro por la elocuencia que tenía quien hablaba, tenía una gran facilidad de palabra. Me llamó mucho la atención, poco después, muy negativamente, al escuchar que el individuo se sentía, y lo decía; que tenía la gracia divina de tener poderes “sobrenaturales”. Le manifestaba a quienes él invitaba a que lo escucharan toda clase de mentiras, entre ellas, que los haría ricos y que les resolvería todos sus problemas, que jugaran en la lotería los números que él les sugería, y les “garantizaba” que ganarían mucho dinero. Les decía, también, que los males de salud y enfermedades se los curaría y que las diferencias matrimoniales o familiares, él se las arreglaría. Por supuesto, esta explotación tenía su precio. El variaba de $20, 30 o 40.

Me dediqué entonces a escuchar otros programas. Me sentí impotente ante tantas mentiras que escuché. Esos cuatro o cinco extranjeros se dirigían principalmente a abusar de aquellas personas de gran fe religiosa o de muy poca cultura. Uno de esos “enviados de Dios”, decía que poniendo la mano sobre un televisor especial, que tenía poderes especiales, podría conocer su pasado y le resolvería todos sus problemas e inclusive los haría ricos.

Todos usaban métodos distintos, pero el fin era igual: sacarles dinero a los incautos.

No hay autoridad que revise lo que dicen esos “enviados divinos” que se dedican a sacarle dinero a cientos de humildes panameños. Actualmente carecemos de autoridad que se ocupe de prevenir a los ciudadanos panameños incautos, de estos abusos, como el que hoy llevan a cabo esos “sabios” extranjeros.

Todos tienen algo en común: siguen al pie de la letra un guión, que consiste en usar a tres o cuatro personas que los llaman para “agradecerles” sus “favores”. No sé si les pagan o son voluntarios adoctrinados.

Estos “enviados de Dios” no solo comenten su “atraco” en la capital, sino también en el interior. Tienen oficinas para atender a sus “víctimas”; jamás en las capitales de provincia, sino en pequeños pueblos, donde encuentran más fácilmente a sus “clientes”.

Se hace necesario y es urgente que alguna autoridad cuide a todos los panameños, principalmente a los de escasa cultura (lo dice la Constitución muy claramente).

No sé si es el Ministerio de Gobierno o la Alcaldía o el nuevo Ministerio de Cultura quienes tienen que intervenir, pero es urgente que nombren algún funcionario que escuche estos programas y recomiende las sanciones que se merecen. No es posible que sigan impunes, sacándole dinero a humildes ciudadanos. El Gobierno tiene la obligación de proteger a sus ciudadanos y más en este caso en que esos panameños son explotados por extranjeros que se consideran dotados de “poderes divinos”.

Hay muchísimos extranjeros que no son farsantes, timadores ni bribones; son personas muy respetables y la comunidad los aprecia y son muy bienvenidos al país.

Los directores de las emisoras tienen la obligación de revisar lo que anuncian sus clientes o compartir las sanciones que podrían darse. Los abusos son intolerables.

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