• 08/10/2016 02:01

La reelección y el fenómeno de la corrupción

Hace ya varios meses, escribí, en este mismo diario, un artículo de opinión titulado ‘El fenómeno pernicioso de la reelección '

Una vez más se pone en la palestra pública el tema de la dañina reelección en algunos altos cargos de los órganos del Estado y los puestos de elección popular (diputados y representantes). Y todo a raíz de las pretensiones de algunos de seguir ocupando el cargo luego de concluido el periodo para el cual fueron nombrados, tras más de veinte años de servicios. La reacción pública no se hizo esperar y, en la mayoría de las opiniones consultadas, el rechazo ha sido rotundo y contundente.

Hace ya varios meses, escribí, en este mismo diario, un artículo de opinión titulado ‘El fenómeno pernicioso de la reelección ', en el cual apuntaba lo siguiente: ‘Esta práctica deviene en una especie de perpetuación en el ejercicio del poder político, que ha desembocado en nuevas modalidades, como el populismo, el caudillismo y el totalitarismo personalista, razón por la cual la misma debe ser ponderada con mucha atención en la futura mesa de reformas electorales que se propone adelantar el Tribunal Electoral.

La Constitución Política prohíbe (solo) la reelección presidencial al establecer que ‘No podrán ser reelegidos para el mismo cargo en los dos periodos presidenciales inmediatamente siguientes'. (Art. 178).

No existe norma electoral que limite la reelección, que en la práctica en muchos casos es indefinida, para los cargos de diputados, alcaldes y representantes de corregimientos. (Reelectos hasta en cinco períodos consecutivos). Se deben fijar los límites de tiempo para el ejercicio de tales cargos. Es mejor un Gobierno de leyes y no de hombres que se perpetúan en el poder. Es lo más saludable para un sistema que se precie de ser democrático. '.

El escritor Carlos A. Montaner ha sostenido que ‘El principio republicano de las barreras a la autoridad de los gobernantes incluye y presupone el límite temporal por el que se designa al gobernante para que represente y administre el Estado. El andamiaje republicano no ha sido concebido para cultivar el caudillismo de los hombres excepcionales, sino la sosegada alternancia en el uso del poder. Como reza el melancólico dictum: los cementerios están llenos de personas imprescindibles '.

Otros, como Enrique Santos Calderón, nos enseña que ‘La reelección es un peligro, cuando es permanente ya no es la continuidad, sino el absolutismo '.

La solución queda referida al Derecho (la ley - la norma jurídica) como ciencia reguladora del comportamiento humano y de las relaciones sociales que, en definitiva, debe ser el arma o instrumento que ponga coto o límite a esta práctica degenerativa.

La propuesta para una enmienda integral de la Constitución Política del país, presentada el 31 de enero de 2012, por una comisión de notables, entre otras cosas, crea una Corte Constitucional y anula la reelección inmediata de diputados.

Debe, de una vez por todas, establecerse la prohibición de reelección indefinida, que debe ser plasmada en una norma y ser del siguiente tenor: ‘Los diputados, alcaldes y representantes de corregimiento solo podrán ser reelectos por un periodo '.

Esta disposición acabaría con la manipulación del electorado, el paternalismo y el acomodo, que en muchos casos hacen pensar que son dueños de un determinado territorio (se reeligen hasta cinco periodos). Basta ya de abusar de la paciencia y la buena fe ciudadana.

Amplios sectores ciudadanos rechazan la reelección al decir: ‘... no estoy de acuerdo en la reelección. Deberían prohibirla en Panamá. Es el origen de muchas cosas malas. Y si nos quisiéramos ir a un método aún mejor, es cortar los periodos a cuatro años y permitir una sola reelección y nunca más poder regresar porque el servicio público no debe ser permanente '. (Licdo. Rolando Mirones en el diario La Estrella de Panamá , El polígrafo, el 18 sep/16).

El Lic. Ariel I. Corbetti, en el artículo ‘Para entender el cambio a la panameña ', también publicado en La Estrella de Panamá , recalca: ‘Creo firmemente que el panameño muy profundamente aspira a que el Órgano Judicial funcione; a que la coima sea erradicada; a que las calles del país estén asfaltadas y sin huecos; a que haya agua, electricidad; a que se acabe el juegavivo individual o colectivo, a que los presidentes, ministros, diputados, representantes no se reelijan indefinidamente... '.

Hay que abrir el camino para que se vayan destruyendo las lacras que fomentan el clientelismo político (compra de votos otorgando bonos, becas, artículos para el hogar, etc.) que propician la corrupción y hacen viable la reelección de candidatos.

ABOGADO

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