Los capturados fueron ubicados en la comarca Ngäbe-Buglé, las provincias de Veraguas, Los Santos y Panamá
Vivo con una curiosidad que no podré resolver: ¿cómo nos evaluarán en unos 100 años? Así como desde varias disciplinas se estudia el pasado, cuál será el análisis y el resultado de cómo la humanidad aprovechó las oportunidades de ser mejores en este tiempo que vivimos.
Los cristianos y los que aprovechan cualquier oportunidad para hacer una fiesta, celebran la Navidad. Gran parte del resto del mundo celebra el fin del año 2025 según el calendario gregoriano, para comenzar nuevamente a dar los pasos hacia lo que cada quien espera resulte del 2026.
En todo casos, el consumismo desmesurado e irracional, ha hecho que muchos piensen que ese es lo que se espera; lo que se debe hacer, dejando a un lado los motivos, según los cristianos, o las realidades de trascendencia que deberían seguir impulsando la presencia de la humanidad por lo que sea que nos quede de tiempo.
Si nos evalúan dentro de 75 años, o los 100 que mencioné anteriormente, se darán cuenta que alrededor del mundo, con los recursos que existen para sostener una buena vida para todos, prevaleció la injusticia. No hay que ir muy lejos para conocer la realidad.
En este país, por ejemplo, precisamente en este mes de diciembre, mes de fiestas y celebraciones, circularon cientos de millones de balboas producto de ahorros navideños, pagos de bonos y compensaciones varios a empleados del sector público y privado. Según los entendidos, gran parte de esos millones se gastan en los comercios locales y produce una sensación de bienestar y felicidad momentánea entre los que gastan y cobran hasta que termine el año.
Una de las cosas que ocurre cada fin de año es que muchas instituciones, públicas y privadas, presentan informes que revelan el desempeño de diferentes áreas ya sea del quehacer comercial, administrativo gubernamental o social entre otros. Hecho científicamente y con honestidad, sin acomodar la verdad (realidad), nos deja las videncias de lo bien o mal que estamos en los aspectos importantes para mejorar las condiciones de vida de todos.
El pasado 2 de diciembre, La Estrella de Panamá informó sobre la presentación del “Primer Informe Defensorial sobre la Situación de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes Afrodescendientes en Panamá”, que llevó a cabo la Defensoría del Pueblo, en colaboración con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés).
Durante la presentación del informe, el defensor del Pueblo, Eduardo Leblanc, destacó que: “las niñas, niños y adolescentes afrodescendientes nos han hablado con una claridad profunda sobre las desigualdades que enfrentan: desde las brechas en salud y educación hasta las múltiples formas de racismo y violencia que atraviesan sus vidas. Sus testimonios nos recuerdan que estas no son situaciones aisladas, sino realidades estructurales que debemos transformar con urgencia”.
También señala que: “los hallazgos del informe revelan situaciones que limitan el desarrollo integral de esta población: 2 de cada 10 niños afrodescendientes viven en pobreza, más de 12 mil entre 6 y 17 años están fuera del sistema escolar, las tasas de disciplina violenta son más altas en comparación con la población general (51 % vs. 45 %)” (...) Más de 6 mil niños y adolescentes trabajan y otros 6 mil se encuentran en uniones tempranas, en su mayoría mujeres y persisten casos de discriminación y acoso escolar por motivos étnicos”, como informó este diario.
El jueves 11 de diciembre, en este escenario de consumo excesivo y desmesurado, la Defensoría del Pueblo de Panamá también presentó su informe de situación de los Derechos Humanos en Panamá 2025 en donde señala que: “persisten brechas graves en el goce efectivo de los derechos humanos. Estas brechas afectan con particular intensidad a personas y comunidades en situación de vulnerabilidad y evidencian fallas estructurales en la prestación de servicios públicos esenciales” (...) “Identifica fallas persistentes en servicios esenciales como agua potable, salud, transporte, educación y seguridad ciudadana”.
Pensemos por un momento que las realidades de este informe han sido denunciadas por la ciudadanía, tratadas, analizadas y se han presentado un sin número de alternativas para resolverlas a lo largo de las últimas dos décadas. No ocurren únicamente en lugares alejados de la ciudad. Ocurren alrededor de los lujosos centros comerciales y de los rascacielos que tanto promovemos en el exterior para vendernos como un país moderno y del primer mundo.
El Defensor del Pueblo, en su presentación, también señaló que: “Panamá tiene avances normativos, pero la realidad demuestra que todavía no estamos protegiendo suficientemente a las mujeres. Los femicidios, la violencia física y sexual, la atención tardía y la violencia digital siguen poniendo vidas en riesgo”.
Nuestra sociedad está en peligro y la realidad es que forzamos unas celebraciones, nos felicitamos y deseamos lo mejor en medio de graves problemas de supervivencia. Los estudiosos del futuro podrán todos los elementos sobre la balanza y nuestro retrato, de cualquiera de estos finales de año, no será la mejor.