• 30/11/2015 01:00

Asalto al Seguro (I)

‘El Seguro Social... debe vivir ... de los aportes bien manejados e invertidos de sus dueños...'

El Seguro Social es una institución casi maravillosa, la cual hasta el presente ha podido resistir el asalto ininterrumpido y creciente que le hace, y ha hecho a través de los años, el Gobierno Central. En su corto primer periodo de menos de un año como presidente de la República, a partir del primero de octubre de 1940, El Dr. Arnulfo Arias Madrid lo fundó, al igual que al Banco de Desarrollo Agropecuario, además de darle el voto a la mujer. Fueron pocos meses de intensa acción panameñista.

Esta institución vino a llenar un vacío en la organización de la nación con sus programas de Invalidez, Vejez y Muerte; Maternidad y Enfermedad; y Riesgos Profesionales, cuya intención es beneficiar al pueblo con sus principios de solidaridad, universalidad, integridad y subsidiaridad. En la actualidad el Seguro Social le cuesta a las empresas una cuota patronal del 12.25 % del salario de todos los trabajadores y a los trabajadores un 9.75 % de su salario; es decir, un total del 22 % del salario del trabajador. El décimo tercer mes también paga seguro social, pero a un nivel total ligeramente más bajo, del 18 %

Estos porcentajes producen ingresos de muchos millones de Balboas al año a la Caja del Seguro Social (CSS), los cuales han tentado al Gobierno Central de varias administraciones a asaltar por diversos medios. El primer asalto fue a través del Banco Nacional. La ley requiere que todos los recursos de la CSS sean depositados en el Banco Nacional, banco este que, sin lugar a dudas, ha sido la institución mejor manejada por todas las administraciones de nuestro Gobierno. Durante muchos años la CSS no recibió pago de intereses de parte del Banco Nacional, y siendo este banco una institución bien administrada, produjo muchas utilidades.

El Banco Nacional solo ‘guardaba ' los recursos de la CSS. Como quiera que el Gobierno Central es 100 % dueño del Banco Nacional, retiró, en un virtual asalto repetido todos los años, las utilidades producidas por el Banco Nacional usando los depósitos de la CSS. Tal vez la CSS no tendría problemas económicos, si le cobrara al Gobierno Central todos los intereses que sus depósitos en el Banco Nacional le debieron haber producido.

Este asalto fue disminuido, pero no eliminado, hace alrededor de una década. Desde entonces, el Banco Nacional le paga a la CSS intereses del 2.0 al 2.5 %. El asalto se disminuyó, pero no se eliminó. La banca privada le pagaría a la CSS bastante más, si pudiera recibir estos depósitos. Se dice que el Banco Nacional le da un gran servicio gratis a la CSS al cambiar o recibir en depósito todos los cheques que emite la CSS, pero la banca privada con mucho gusto también daría este servicio gratuitamente al Seguro Social, si pudiera recibir dichos depósitos.

Otro asalto que incide en las finanzas de la CSS es el hecho de que se permita a los trabajadores jubilarse al llegar a la edad de jubilación, sin tener que dejar de trabajar. Si tuvieran que dejar de trabajar para cobrar las jubilaciones, la mayoría de los trabajadores se jubilaría más tarde en sus vidas y la CSS tendría que pagar muchos meses menos de jubilación.

Recientemente se ha mencionado que se contempla apoyar las erogaciones de la CSS con aportes de parte del Gobierno Central de utilidades del Canal de Panamá. Los últimos años el Gobierno Central ha recibido del Canal alrededor de 1000 millones de balboas al año y no le ha sobrado ni un centavo. Se espera que la ampliación del Canal produzca muchos ingresos adicionales, pero hasta ahora los únicos resultados que hemos visto del Canal ampliado son hermosas cataratas en las esclusas. Muchos expertos opinan que la única forma de remediar permanentemente estructuras de concreto defectuosas es demoliéndolas, y haciéndolas de nuevo bien, y no emparapetándolas.

El Seguro Social es una empresa que pertenece a los asegurados y no debe vivir de inciertas limosnas de nadie, sino de los aportes bien manejados e invertidos de sus dueños. Sigue mañana...

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