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- 06/11/2014 01:00
Los Perotes de Santo Domingo (I)
Las tonadas características de los perotes son únicas y una de las más conocidas es aquella que dice: No se puede, no se puede... olvidar lo que se quiere. Varias otras coplas por el estilo como: No se puede, no se puede... Olvidar los hombres a las mujeres. Y luego de un pequeño silencio y cambio de torrente, a cargo de los tambores, la ‘cantalante’ canta: Peroteeee... Y de inmediato el coro contesta: Vámonos pa’ la mar. La cantalante vuelve a cantar: A la mar a jugar. Y el coro contesta: Peroteee... Y así, la cantalante repite e improvisa nuevas coplas que el coro contesta con alegría sin igual.
El Perote es quizás uno de los eventos de mayor tradición; tal vez de los mejor documentados en la provincia de Los Santos y de los tantos que componen nuestro folclore nacional. Consiste en un alegre ‘paseo al mar a pie’, en los que la música vernacular lo distingue.
Desde los primeros años del siglo pasado, gran parte del pueblo se reunía en la plaza de Santo Domingo, corregimiento del distrito de Las Tablas, provincia de Los Santos, en una pequeña cantina con paredes de quincha y suelo de ladrillos situada en la esquina de la calle del ‘Pundún’ (llamada así por el constante sonido de los tambores) frente al pequeño negocio del señor Domingo ‘Mingo’ Córdoba llamado La Favorita, para salir en una alegre tuna con destino a la playa del Uverito que, al igual que el Puerto de Mensabé, pertenece geográficamente al corregimiento de Santo Domingo.
En la víspera del Perote, entre los meses de agosto a octubre, todos los sábados por las noches, se hacen bailes con violín o tamboritos para alegrar la celebración. Hoy día, la gente del pueblo y visitantes de otras partes seguidores de esta actividad se dan cita a la plaza para acompañar en el coro a las cantalantes. Mujeres, hombres y niños llegan vestidos con ropa muy ligera o más bien de diario, sin lujos y sin joyas; y para protegerse del sol, de la lluvia, del lodo o la arena llevan los sombreros más viejos y rotos que tienen.
En antaño, luego de las fiestas patronales de Santo Domingo el 4 de agosto, los pobladores se trasladaban a pie, en carretas y a caballo a la playa; sin embargo, aunque la actividad se sigue realizando actualmente con el mismo entusiasmo, la carretas ya han pasado a la historia.
El Perote, como actividad folclórica solo se efectúa en esta época del año y en el pueblo de Santo Domingo.
Cuando la tuna sale los cantos se tornan alegres y baja generalmente por la calle de los Córdoba y cruza la carretera principal que a une otros pueblos que bordean la costa peninsular del Pacífico, rumbo a la playa del Uverito. Grupos de hombres a pie y a caballo ‘saloman’ alegremente, ‘chupando’ sus tragos de licor preferidos (seco, whisky y cervezas), bailando con sus parejas o animando a la multitud.
Apenas la multitud avanza por el callejón que los lleva a la playa, casi siempre comienza a lloviznar. La alegría aumenta y otra de las cantalantes arranca cantando Camino Viejo de Mensabé (Si usted no lo sabe, yo si lo sé). El tiempo transcurre sin darse cuenta gracias a la alegría y a los atajos que la tuna conoce para llegar más ligero a la playa, por lo que a todos les parece más corta la distancia hasta llegar al árbol de uvero o uverito, en donde comienza la actividad en la playa, casi siempre, con la tonada: La difunta tijereta.
La cantina provisional es instalada previamente debajo de lo que queda del árbol de uvero, el cual fue talado en un confuso incidente y que motivó serias protestas por parte de los tableños. Allí se canta y se baila el tamborito. Otros se entretienen abriendo un gran hoyo en la arena para llevar a enterrar a los hombres y mujeres que ‘matará’ el toro.
Tal vez, lo que más agrada a los asistentes es el juego del toro, tan tradicional como el mismo Perote y que consiste en que un personaje del pueblo de Santo Domingo o de otro pueblo cercano se encargue de hacer el papel del toro bravo que embiste a la multitud. Se distingue por llevar una corona de bejucos de batatilla que se consigue en el camino. Para distinguir a esta persona como el toro se le coloca los bejucos a ‘cacho y quijada’, o sea del hombro derecho a la cadera del lado izquierdo. El señor Chico Jiménez ha sido el toro desde hace muchos años.
En el próximo artículo comentaré la transformación de las costumbres originales únicas del corregimiento de Santo Domingo, distrito de Tas Tablas y los posibles significados del término Perote.
*ESCRITOR