• 07/10/2015 02:00

La Universidad para siempre (II)

En las últimas dos décadas el desafío más importante de nuestra Universidad ha sido asegurar la equidad de su expansión

En las últimas dos décadas el desafío más importante de nuestra Universidad ha sido asegurar la equidad de su expansión, transformándose en palanca de promoción y movilidad social. El segundo desafío ha respondido a las nuevas exigencias de la globalización. Un último desafío que emprendió la institución ha sido el de conectarse mejor y abrirse a sus propias regiones, rompiendo las brechas de las desigualdades de los sectores más pobres. El acceso a nuestros programas que está representado en todas las comarcas indígenas del país. Eso se llama democracia y equidad.

Le expresamos al país también, que hemos sido amenazados por una política terrorista financiera, con un pretexto de transparencia, ocultando en el fondo el fracaso del ‘modelo del goteo ' y los escandalosos robos, la depredacción de los recursos y las políticas públicas, que alcanzó cifras alarmantes de crecimiento a tasas de promedio del 10 %, y es el momento en el cual comienza la reversibilidad.

Un puntal de este modelo, que hay que considerar, es la estrategia del nuevo Gobierno del presidente Varela del 2015-2019, que en el fondo ha pasado a proponer como campo teórico de enfrentamiento la polarización entre estatal y privado, y las muestras serían los ejemplos notorios de financiar los estudios de la formación del idioma del inglés a los docentes por un monto de 60.0 millones, y de lo cual se excluyó a la Universidad de Panamá.

Asimismo se ha restringido la posibilidad de incrementar nuestros servicios y bienes académicos, al no refrendar la adquisición de los terrenos para la formación de los estudiantes de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, a pesar de contar con los recursos para la compra directa. Y, por último, se está creando una atmósfera de ámbito de competencia entre la Corte Suprema de Justicia y la Universidad de Panamá, relacionado con el otorgamiento de la certificación profesional a los estudiantes egresados del Derecho, desconociendo las facultades constitucionales, que le otorga la competencia de fiscalizar los planes y programas de la educación superior en el país.

Lo dramático de toda esta situación de violaciones, de atentar contra la educación pública, de achicar la visión crítica de la Universidad de Panamá, me lleva junto a todo el pueblo a alzar nuestras voces, junto a la de todos aquellos que anhelan rendir el mejor homenaje a nuestra Universidad.

*DIRECTOR DEL INSTITUTO DEL CANAL DE PANAMÁ Y ESTUDIOS INTERNACIONALES.

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