• 01/07/2022 00:00

Impostores, usurpadores y vestimenta policial

Un impostor es una persona que aparenta ser alguien diferente, en consecuencia, es una persona que engaña, finge, es pues un suplantador, tramposo, embaucador, o farsante.

Un impostor es una persona que aparenta ser alguien diferente, en consecuencia, es una persona que engaña, finge, es pues un suplantador, tramposo, embaucador, o farsante.

Cualquiera persona puede serlo y representar, simular, hacer creer o dar la impresión de lo que no son, están los que aparentan ser buenas personas, integras, y responsables y que se comportan de manera poco ética, desde algunos, políticos, padres, esposos, hijos, educadores, empresarios, etc., los que creen ser más cultos y sabios que los demás, los que aparentan ser más ricos y se endeudan para no mostrarse como pobres, o aquellos que fingen ser felices y perfectos y comparten continuamente fotografías en redes sociales o se toman selfies .

Se dice que “las apariencias engañan” y el que aparenta se fundamenta en algo inexistente, irreal, algo que no es auténtico, porque “psicológicamente aparenta presentarse como dotado de condiciones, facultades o medios y recursos superiores a los propios de su estado social, profesional o económico, con animo de deslumbrar a los demás o despertar su admiración” ( Santin E.).

Han habido innumerables impostores, grandes farsantes en la historia, unos lo han hecho para entrar a una discoteca pasándose como hijo de un actor famoso, otros mediante un disfraz han fingido ser médico o sacerdote, otros han alegado ser la Gran Duquesa Anastasia de Rusia,? la hija del último zar Nicolás II de Rusia Imperial y de su esposa, la zarina Alejandra tras su asesinato en 1918, o ser un superviviente del holocausto o emisario del Rey de España, o ser el hijo desaparecido de una familia, y a todo ello hay que sumar los actuales impostores digitales que cometen fraudes, y en otra línea, los juegos, libros y películas sobre el tema.

Ahora bien, los impostores emplean diversos medios para engañar a los demás, y uno de ellos es utilizar una vestimenta de policía, en muchas ocasiones para facilitar o cometer cualquier delito, que en el caso de nuestro país (art.439), incluye también poseer, fabricar o vender uniformes placas, equipos, carros, señales especiales, emblemas originales o simulados que sean exclusivo de la Fuerza Pública o de otras instituciones de protección pública con el mismo propósito sin autorización, con pena de prisión de dos a cuatro años, hecho previsto de manera irregular dentro de los Delitos contra la Personalidad Jurídica del Estado, cuando más bien se trata de un hecho que afecta la confianza y fe pública.

En consecuencia, el usar uniforme de policía únicamente es delito al tenor del artículo 440, cuando tiene fines ilícitos, como, por ejemplo, lo hace para cometer un robo o estafa, quedando excluido cuando los móviles sean, por ejemplo, actuar con uniforme de policía en una obra teatral o rodando una película de cine.

Antes de terminar, también el impostor vestido o no de policía puede ser castigado por Usurpación de funciones públicas(art.359) con pena de dos a cuatro años de prisión, si realiza actos propios como policía no teniendo el título o nombramiento, en otras palabras, lo ejerce ilegítimamente, por ejemplo, que levante multas de tránsito enseñando una insignia falsa, no estando facultado para ello, o lo hace cuando ya se encuentra separado de sus funciones, como por ejemplo, ha sido destituido o jubilado.

Catedrática de Derecho Penal de la UP
Lo Nuevo