El índice de Confianza del Consumidor Panameño (ICCP) se situó en 70 puntos en junio pasado, con una caída de 22 unidades respecto a enero de este año,...
- 02/09/2020 00:00
Interrupción y reinicio
La vida cotidiana se vio abruptamente interrumpida cuando surgió la primera señal y luego la crisis de la pandemia que se vino encima, sin que hubiera tiempo de prepararse para un acontecimiento de tal gravedad planetaria y que cambió totalmente los estándares sobre los que se basa la realidad. Hubo alteraciones generalizadas y luego de meses de encierros y limitaciones aún no se sale del estado de luto, desasosiego y recrudecimiento del mal.
Hay una diferencia entre un paréntesis y una fractura. En el primer caso, se hace una pausa a algo que transcurre en el tiempo y espacio y que luego continúa. En el segundo, hay afectaciones que modifican los estados originales; aquello que se quiebra, puede ser reformulado, reorganizado y armado; pero sus fisuras modificarán el todo no solamente en su aspecto físico, sino también en el desarrollo de sus componentes y hasta en su sensibilidad.
Algo de esto último es lo que ha ocurrido en la sociedad integral y los diversos sectores que la componen, requieren hacer la reflexión de que no se regresará a la normalidad anterior. Sería como decir que apenas hemos sufrido una contingencia pasajera. Tan solo el incluir la mascarilla (barbijo, nasobuco o cualquiera de sus denominaciones) como una nueva prenda de vestir o de resguardo, es un signo de la consecuente etapa que se avecina.
Se empiezan a escuchar manifestaciones de grupos que demandan regresar a sus prácticas sin hacer los ajustes o modificaciones que los sucesos de los últimos meses imponen. Ejemplos de esto son determinadas organizaciones de transporte público y selectivo que reclaman a las autoridades de Tránsito una circulación o aforo para pasajeros que les permitan volver a sus costumbres de abarrotamiento y desmadre en las vías.
Ciertos comerciantes piden abrir sus tiendas en las mismas condiciones y previo a que los entes de salubridad establezcan las reglas del juego para el desenvolvimiento de clientes en modo de coexistencia ciudadana sin peligros. Los billeteros quieren el restablecimiento de la Lotería y sus expendios de números con igual amontonamiento de gente y con sus vicios de rifas y papelitos de juegos ilícitos agregados.
Es un lapso de resguardo que ha podido ser aprovechado para precisar, planear, imaginar cómo sería el escenario siguiente de desenvolvimiento. Una previsión que lleve incluido el gen con los caracteres que definan no solo matices, ajustes; sino una innovación cuyo parto ha sido la propia matriz de la pandemia. Hay una praxis que da la experiencia sobre la senda transcurrida y una sospecha de la necesidad de detener y reorganizar.
Ha faltado esta lectura. Muchos han hecho esfuerzos por sobrevivir a la angustiosa etapa. No había algo escrito o reglas para circunstancias similares. Por esa razón algunos legalistas adoptan erróneas interpretaciones para demandar determinadas libertades, sin una conciencia del crudo alcance de que no se ha sentido en muchas generaciones. Ellos se valen de normas y articulados que no alcanzan a explicar certeramente la materia.
Es un síntoma de la complicada situación actual. Ni siquiera ha sido tarea fácil para los responsables de la salud pública que se han visto en la difícil responsabilidad de ordenar la forma como se debe avanzar luego de este gran deterioro de todo. Se ha precisado reformular cada espacio, cada signo de relaciones en sus variadas modalidades y sobre todo llegar a fijar las reglas que nos regirán en el futuro.
De igual manera, se requiere reingeniería y sus respectivos cánones. Es una tarea esencial en cada actividad para buscar los caminos que conduzcan a superar lo ominoso que queda atrás, tanto reciente como lejano. Esto implica construir aquellos patrones que satisfagan los objetivos para superar también éticamente esta batalla hacia lo más parecido a la prosperidad.