• 27/09/2011 02:00

Formación filosófico - jurídica del jurista

ABOGADO Y DOCENTE UNIVERSITARIO.. Esta rama de las Ciencias Jurídicas cobra hoy más que nunca relevancia especial para nuestra sociedad...

ABOGADO Y DOCENTE UNIVERSITARIO.

Esta rama de las Ciencias Jurídicas cobra hoy más que nunca relevancia especial para nuestra sociedad, en virtud de la debatida crisis del sistema de Justicia, que nos obliga a replantearnos hasta dónde en la formación del futuro jurista, la enseñanza de la Filosofía del Derecho está forjando esa vocación espiritual formativa y estudiosa, hacia la totalidad del ordenamiento jurídico en sus manifestaciones institucionales más profundas del Derecho, en sus causas últimas, en sus sagrados principios como fundamentos rectores de la convivencia social.

Y es que sólo a través de la Filosofía del Derecho se puede llegar a tener la capacidad de comprender e interpretar la totalidad del Ordenamiento Jurídico, al facilitar ella al futuro jurista la sagrada misión de interpretar y aplicar el Derecho, no sólo respues tas a las circunstancias fácticas que originan la conflictuabilidad en el orden social con base en las leyes o códigos, sino que lo prepara para que cuando le corresponda la sagrada misión de administrar justicia, para que pueda elucubrar con propiedad en su conciencia reflexiva del Derecho, de que éste en sus esencias jurídicas, entraña valores intrínsecos en los ámbitos públicos, privados, sustantivos, formal, objetivo y subjetivo que lo vinculan en su razón de ser con la finalidades éticas del hombre.

Al constituir el Ordenamiento Jurídico un proceso inédito de la creación humana, como realidad universal, que encuentra su fundamento en la existencia del hombre, como expresión de vida y convivencia, y en la que solo ésta es realizable, si se es capaz, vía el Derecho como proceso espiritual institucional, de captar valores jurídicas que son indispensables para mantener la cohesión del orden social.

Esos valores jurídicos que sólo pueden captarse mediante la formación permanente que proporciona la Filosofía Jurídica como actividad espiritual del Derecho, al momento de atalayar el valor de los diversos componentes del edificio del Derecho, son los que moldean la conciencia del juez o magistrado con la sapiencia necesaria para que al fallar las causas sometidas a su conocimiento impere la universalidad jurídica, no sólo como fecunda expresión de la interrelación entre la realidad y los conceptos de las figuras jurídicas, sino que salte a relucir la verdad como sostenibilidad fundamental en la confianza del sistema de justicia.

Hoy más que nunca, ante la d enunciada crisis institucional de nuestro sistema de justicia, se hace insoslayable que en todas la facultades de Derecho de las universidades del país en que se imparte el curso de Filosofía del Derecho como parte del currículo que traza el perfil formativo del futuro jurista, se recurra a la indagación de aquellos conceptos universales vinculado a la Filosofía y Ciencia, trascendencia de la Filosofía del Derecho, las Ciencias Jurídicas y la Jurisprudencia, los Fines del Derecho, las Causas del Derecho, Justicia y Seguridad Jurídica, las Fuentes del Derecho, la Ley, los Principios Generales del Derecho, las Reglas del Derecho, la Irretroactividad de las Leyes, las Funciones del Jurista, la Constitucionalidad de las Leyes y los Derechos Fundamentales, entre otros de igual relevancia y que en conjunto, constituyen el pórtico ideal que ilumina los senderos que hacen posible que en la aplicación del Derecho no haya otro atisbo que la fecunda labor de cimentar la institucionalidad jurídica y la justicia, como equilibrio de la coexistencia de las relaciones entre el Gobierno como Instrumento del Estado y la Sociedad.

Bifurcando el papel de la Filosofía del Derecho, es congruente acotar que un lado instrumentaliza la formación del jurista mediante la búsqueda constante de los ideales jurídicos de justicia, en el amplio y complejo mundo de la totalidad del derecho; y en el otro, no menos importante, lo prepara para que con plena conciencia de la razón de ser del Derecho acometa la refundación de las estructuras jurídicas, para el mejor desenvolvimiento de las relaciones sociales.

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