Así lo confirmó el viceminsitro de Finanzas, Fausto Fernández, a La Estrella de Panamá
- 21/08/2014 02:00
La tolerancia tiene límites
Un dueño de una finca a la orilla de una playa decide descansar en su hamaca. No habían pasado cinco minutos cuando un visitante enciende su aparato musical con las adiciones que acá le instalan. Bocinas de alta potencia, bajos, etc. Abre el maletero y allá va su música estridente.
Si alguien quiere ver, oír su programa de radio o TV, leer o cualquier otra actividad en paz y tranquilidad, no lo puede lograr. Esta conducta se da en todo el país, a cualquier hora del día o noche.
Cuando un jubilado se retira al campo, se encuentra con vecinos con la misma conducta. Lleva el caso a las autoridades y cuando llega al despacho del alcalde, este solo se limita a recibir la denuncia. Ni sanciones ni multas ni siquiera el llamado de atención. Aun cuando en el expediente existe documento en que la otra parte reconoce el hecho, apoyado por firmas de su familia y vecinos. Lo que da alas a seguir en su práctica antisocial.
En el transporte colectivo, cuando el usuario le pide al chofer que disminuya el volumen de su aparato; algunos lo hacen, otros lo bajan un poco y no se nota la diferencia. Otros lo bajan y poco a poco lo elevan otra vez. Cuando quieren usar su celular, es entonces cuando bajan el volumen. Denunciados ante las oficinas de la ATTT, el funcionario les lee el artículo que prohibe el uso de aparatos de sonido y de video en el transporte colectivo, con la advertencia de que ante una segunda denuncia perdería el certificado de operación automáticamente. Existe una excepción, el de los buses de transporte entre provincias e internacionales.
¿Por qué, entonces, los conductores siguen con su mala práctica? Porque el mismo funcionario que leyó el artículo, no hace el acta de ratificación en la segunda y siguientes denuncias. Un señor de la tercera edad expresaba que uno se acostumbra tanto a lo malo, que lo encuentra correcto.
Queda entonces a los afectados: denunciar, actuar como testigos y no quedarse de brazos cruzados. Las leyes existen y el deber primordial de cada funcionario es hacerla cumplir. Ante el abuso, cero tolerancia.
El decreto presidencial número 306 del 4 de septiembre, entre sus artículos existe el que señala no subir el volumen más allá de lo establecido, cuando el ruido ambiental de cada área en el país es más bajo. Así que el Ministerio de Salud tiene esa tarea pendiente.
JUBILADO