• 05/07/2023 00:00

Los manglares de David ante el desafío del cambio climático

“[...] las actuales autoridades gubernamentales y las próximas a gobernar el país, deberían tomar medidas de carácter urgente para salvaguardar la presencia del ecosistema del manglar de David, [...]”

Las últimas predicciones y hechos reales a nivel mundial sobre la inminencia de los efectos del cambio climático mueven a todos los países del mundo a definir estrategias, políticas, acciones y recursos para amortiguar las nuevas amenazas producidas por el cambio climático.

En tal sentido, nuestro país no debe desestimar las acciones más urgentes y factibles para prevenir y/o amortiguar las situaciones extremas provocadas por los fenómenos del cambio climático.

Para tales propósitos, una de las acciones de mayor urgencia y de bajo costo económico y político, es la conservación y manejo sostenible de los ecosistemas del manglar que mantienen la costa del Pacífico y Atlántico de Panamá, consistentes en unas 165 000 ha, de las cuales el 85 % están en el Pacífico y el 15 % en la vertiente Caribe.

Los efectos valiosos de la presencia del ecosistema del manglar pasan por servir de barrera natural de los fuertes vientos e inundaciones en la mayor parte de las costas panameñas, en donde también habita la mayor parte de los corregimientos clasificados como de “máxima pobreza del país”.

Resulta importante destacar que los ecosistemas del manglar son los viveros y hospederos para las tempranas etapas del desarrollo de los peces, camarones, crustáceos, delfines y tiburones que habitan y emigran hacia nuestras costas para la provisión de los productos del mar y el mantenimiento de la fauna acuática panameña.

Tal es el caso de los exuberantes y productivos manglares de David, en donde se concilia la pesca artesanal y el aprovechamiento forestal sostenible, con el ecoturismo y la conservación de nuestras especies marinas y bentónicas, adicionalmente a las especies objeto de conservación, tales como, mono tití, cotinga piquiamarilla, batará negruzco, concha negra, pargo de estero, mangle caballero, mangle rojo y mangle piñuelo, entre otros.

En tales circunstancias, las actuales autoridades gubernamentales y las próximas a gobernar el país, deberían tomar medidas de carácter urgente para salvaguardar la presencia del ecosistema del manglar de David, cuyo Plan de Manejo y Desarrollo, entregado desde el 2008, todavía sufre de dilaciones burocráticas para su aprobación y/o ejecución.

Ante la actual crisis que se cierne sobre el referido ecosistema, consistente en la propuesta de realizar una grandiosa inversión de capital extranjero para incursionar en sus aguas someras y de escaso calado para posibilitar atracar en el puerto El Cabrito, a través de embarcaciones de alto calado, cuya habilitación permitiría incursionar en el turismo masivo, el traslado y manejo de equipos, mercaderías y combustible, gestionándose como un puerto privado, en donde no podrían acceder los tradicionales pescadores de la región.

Ante la “llamativa oferta de inversión de más de 100 millones de dólares” para tales propósitos, se deberá considerar la contraoferta ambiental que producen la conservación de las 17 000 ha de los manglares de David, al permitírsele proseguir con su función como un gran sumidero de carbono que posibilita la absorción de toneladas de carbono, que, cotizadas a precios del mercado internacional, estarían estimadas por el orden de los 27 millones de dólares anuales, tomando como referencia las 14 000 ha, ya estudiadas y referenciadas para los manglares colindantes de San Lorenzo, San Félix y Remedios, por el orden de los 14.5 millones de dólares anuales.

Biólogo, especialista en Planificación y Manejo de Áreas Silvestres Protegidas.
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