• 09/08/2014 02:00

Manuel María ’Cholongo’ Córdoba Córdoba

Por más de 50 años, he estado ligado al pueblo de Santo Domingo, por razones de familia y amistad

Durante este tiempo he conocido a grandes hombres y mujeres, que han pasado a la historia sin ningún reconocimiento público, cuyas ejecutorias han contribuido no solo a engrandecer a esta comunidad, apoyando a los más pobres y desvalidos; a reforzar lo que es tan característico en la Región del Canajagua: ‘La ayuda mutua’. Manifestaciones que son muy famosas, como las ‘Juntas de Embarra’, las ‘Juntas de Cortar Arroz’, las vacunaderas o herraderas de ganado, apoyo a familias pobres y de extrema pobreza, a muchos jóvenes que necesitaban ayuda económica para enfrentar la vida futura. Sembrando y cultivando la semilla que ha hecho del santeño un ser humano de buenos sentimientos, de mucha fe, de respeto a sus tradiciones, a los preceptos de la Iglesia Católica y de nuestro Dios, como es la ayuda a nuestro prójimo. Para ellos la palabra empeñada era más que un compromiso, con un apretón de manos ‘firmaban’ un trato; mismo que se respetaba sobre todas las cosas hasta la muerte.

Domingo Córdoba Molina, padre de Manuel María ‘Cholongo’ Córdoba Córdoba; sus hermanos, sus respectivas descendencias; igual que otros troncos de honorables familias, han contribuido para que Santo Domingo se convierta en uno de los más poblados y pujantes corregimientos del distrito de Las Tablas; en la provincia de Los Santos.

El miércoles 30 de julio a la una de la mañana, entregó su alma al Señor, luego de haber padecido una penosa incapacidad, que le impidió durante los últimos años de su vida mantener la actividad que por años le fue característica; misma que no fue óbice para que se mantuviera desde su silla de ruedas en contacto con sus amigos, que a diario lo visitaban: niños, hombres, mujeres, jóvenes y viejos de todas las comunidades circunvecinas; que lo ayudaban a mantenerse en cierta forma activo y al tanto de lo que ocurría en su entorno.

Cholongo Córdoba se desempeñó como un campesino, reconocido como ‘buen pión’, comerciante emprendedor. Será muy recordado como un hombre divertido, amigo de los amigos, cooperador en las actividades sociales, deportivas, culturales y religiosas de su comunidad. Perteneció a la Sociedad Panameña de Cantineros y dueños de Bodegas, a los comités de fiestas patrias de su pueblo, al club de pesca y a otras organizaciones de la Región del Canajagua.

Los Perotes, actividad tradicional y única del pueblo de Santo Domingo, eran su pasión. Cuando se acercaba el mes de agosto de cada año, crecía su entusiasmo por participar en esta actividad, que consiste en paseos a pie a las playas del Uverito, al son de las tonadas propias de dicho evento, interpretadas por las ‘cantalantes’ del pueblo, acompañadas por los mejores cajeros y tamboreros del patio. Fiesta sin igual del folclor tableño.

Por muchos años apoyó las actividades de las fiestas patronales de Santo Domingo de Guzmán, tanto de iglesia, como desde su Jardín Favorito en la parte pagana. Apoyó, al igual que lo había hecho su padre, a los violinistas de la época, como Hilario e Ítalo Herrera, Santos Barrios, luego a Gelo Córdoba; a los nuevos acordeonista que le correspondió apoyar en su momento, como Fito Espino, Dorindo Cárdenas, Alfredo Escudero, Teresín Jaén, Osvaldo Ayala y a la nueva pléyade de intérpretes, tanto del violín como del acordeón.

Fue un entusiasta artífice y promotor de los carnavales en Santo Domingo. Cuando se escriba la verdadera historia de estas tradicionales festividades carnestoléndicas el nombre de Manuel María ‘Cholongo’ Córdoba Córdoba será mencionado con insistencia, como uno de sus auténticos defensores y promotores.

Su entierro el día 31 de julio, fue una verdadera manifestación de simpatías, de aprecio y cariño por el hombre que, como hemos mencionado, se entregó a su gente, a su familia, a sus coterráneos; que supo canjearse el aprecio de quienes tuvimos la suerte de conocerlo y disfrutar de su amistad. Fue por ello que, además del llanto lógico de los concurrentes, se hizo gala de lo que a él le gustaba, la música y los fuegos artificiales. Sus nietos detonaron un volador por cada uno de los años que alcanzó a cumplir, 91 en total. Roberto ‘Fito’ Espino y Roberto ‘Papi’ Brandao interpretaron, a la salida de la iglesia, la cumbia: CHOLONGO es CHOLONGO, inspiración del inmortal Arquímedes ‘Melli’ Herrera, en la que expresaba sus simpatías por las acciones de este personaje tan peculiar. Vivió a su manera y fue despedido como lo solicitó a sus nietos, por todo lo alto.

¡Que los heliotropos y las margaritas se mantengan siempre frescos en su tumba!

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