• 08/06/2015 02:00

El legado inspirador de mi madre

Partió al cielo el pasado 27 de mayo, dejando entre nosotros huellas imborrables de sacrificio, amor y amistad.

Partió al cielo el pasado 27 de mayo, dejando entre nosotros huellas imborrables de sacrificio, amor y amistad...

La fecha del 27 de mayo de 2015, será recordada por los familiares y amigos de doña Juan Edilma Donado Vda. de García, como un día especial y de grata recordación, a pesar de que esta extraordinaria mujer, nacida en el caserío de la Palma, distrito de San Carlos, hace 93 años, se despidiera del mundo terrenal tras permanente lucha por la vida.

Juana Edilma, mujer ejemplar que predicó con el ejemplo el amor a sus semejantes, se caracterizó toda su vida por dar apoyo al desvalido y dar sin reserva lo poco o lo mucho que tenía. Formó un hogar bendecido por la fe católica junto a su compañero de toda la vida Fabio García Villa (QDEP).

Juana Edilma y Fabio criaron y educaron con humildad a sus diez hijos, cinco mujeres y cinco varones (Fabio, Gaspar, Ismael, Adalberto, Omar, Nelly, Nidia, Neris, Nelva y Nilka), inculcándoles a cada uno de ellos buenos hábitos, costumbres y principios por los que debemos regirnos como persona de bien.

Como vecina, amiga, madre y nuera, cultivó amistad con todo el mundo, gracias a sus buenos sentimientos, humildad, sinceridad y amor al prójimo. Ella gozó en convivencia a sus nietos, más de una veintena, biznietos más de una docena y tataranietos un número menor.

Sus hijos la recordamos con mucho amor y respeto, pues sus sabios consejos nos han permitido una vida familiar llevadera y cargada de mucho amor entre nosotros, nuestros vecinos y con nuestros amigos. Este mismo principio de crianza se siguió para con nuestros hijos y éstos a la vez llevaron el patrón para la crianza y educación de sus hijos.

Juan Edilma dejó entre nosotros un legado inspirador que nos permitirá recordarla siempre como si estuviera con nosotros en cada momento y en cada faceta de nuestras vidas.

Ella vivió durante los últimos 20 años de su existencia terrenal gozando de lo que más le gustaba, visitar la tierra que la vio nacer, contemplar el verdor de la campiña y despertar al amanecer con el canto del gallo y el trino de los pajaritos... Hasta siempre mamá Juana...

Lo Nuevo