• 06/12/2009 01:00

La muerte cerebral de mi país

Al ver la noticia de portada en un diario de la localidad titulada “12 asesinatos” registrados durante el pasado fin de semana no nos de...

Al ver la noticia de portada en un diario de la localidad titulada “12 asesinatos” registrados durante el pasado fin de semana no nos debe sorprender ni la forma como fueron ejecutadas estas personas, ni el hecho en sí, ni por quiénes lo hicieron.

En Panamá la violencia nos ahoga con naturalidad y espontaneidad y se convierte en un factor determinante para acabar cerebralmente con mi país.

En otro escenario veo con preocupación cómo algunos funcionarios del actual gobierno saldan sus diferencias. Este es el caso de la ministra de Educación, Lucinda Molinar, con el Sr. Omar Moreno antes director de Pandeportes. Flaco favor le hacen al país estas confrontaciones, que a las finales uno queda con tal confusión que pareciera que el que quedó en su puesto fue el vencedor de la controversia.

Es lamentable que nos desgastemos los unos con los otros en discusiones estériles y en la ostentación del poder que traiciona y devora a sus víctimas. Me parece que todo choque de ideas o diferencias entre funcionarios de jerarquía debe aclararse en privado y con la ayuda de un mediador de conflictos, si no se llega a un acuerdo.

Pero no es así, hay personas que se marean con los puestos que tienen, hasta tal punto que se les obnubila la razón destilando veneno y no descansan hasta no ver a su víctima encerrada en el corral de su existencia. Cuántas peleas y diferencias irreconciliables, cuánta desidia y planes sin concretizar encaminados hacia la terrible muerte cerebral de un pueblo.

Otro protagonista de la parálisis cerebral de mi país son los medios televisivos. La televisión podría ser un medio educativo excelente, pero, con tal de vender, se vale de todo, hasta pasar por alto el bien de la sociedad. Hablar sobre la autorregulación en la programación es verdaderamente una utopía.

Debe haber una fórmula coherente de cómo regular algunos de los programas que atentan contra la seguridad psicológica y moral de la familia panameña.

Definitivamente le toca a los padres poner límites de horarios y enseñarle a sus hijos a seleccionar con criterio dichos programas. Pero, cómo hacerlo cuando en muchos hogares los padres son los principales ausentes en dar respuestas a las demandas de sus hijos.

Entonces, le toca al Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) y al Ministerio de Educación (MEDUCA), en primera instancia, detener el libertinaje de estos medios que atentan contra el desarrollo psicosexual de nuestros niños y adolescentes y enseñar a sus progenitores el significado de una paternidad responsable.

No destruyas lo que más amas: tu familia. Hay que aprender a vivir una “ vida buena ” y no confundirse en vivir la “ buena vida ” a través del dios dinero que mucho tiene de diferente cuando el egoísmo, la envidia, la comodidad, hacen imposible la “ vida buena ”, que es la que hará de nuestro Panamá un lugar mejor para vivir.

Evitemos esa muerte cerebral. Con la ayuda de gente buena y responsable de la sociedad civil, los medios de comunicación social, las religiones, los representantes de corregimientos, junto con las juntas comunales, alcaldías, los ministerios de Desarrollo Social y Educación, en fin, todos al unísono, ir de puerta en puerta, a través de una campaña permanente y eficiente, divulgando la importancia de los valores y las virtudes.

*Especialista de la conducta humana.gemiliani@cableonda.net

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