• 14/08/2023 00:00

La muchacha del barrio mártir

“[...] no podemos comparar a nuestras futbolistas e incluso a los deportistas de otras disciplinas, con equipos de alto nivel, de ese primer mundo, donde se destinan presupuestos importantes [...]”

Marta Cox, humilde jugadora de fútbol, oriunda de El Chorrillo, barrio mártir; ese que aquel 20 de Diciembre de 1989 fue masacrado, es un ejemplo para nuestros jóvenes, simboliza a la mujer profesional, apasionada y revolucionaria. Una ídolo en ciernes.

El engramado del estadio Sydney Football Stadium, en Australia, fue testigo, con motivo del Mundial Femenino 2023, del enfrentamiento entre la Selección de Panamá contra la poderosa oncena de Francia. A penas iniciado el cotejo, esta talentosa jugadora de 26 años, golpeó el esférico en un tiro libre, dibujando en el horizonte una bella curva, perfecta en su traslación, anidando el balón en la red de la portería ante la estirada en vano de la arquera francesa. Un golazo de ejecución magistral.

Poesía vieron mis ojos y los del mundo entero, un hermoso vals, composición genuina de Marta, la nuestra. Y aunque la selección gala, nos asestó varios goles posteriormente, las jugadoras patrias no se amilanaron, demostrando pundonor, vergüenza deportiva, logrando conquistar el mencionado escenario de talla mundial y a sus aficionados.

Otras dos anotaciones se suscitaron a favor de nuestra selección, una de Yomira Pinzón y la siguiente de Lineth Cedeño, para alegría de las aficiones, terminando el partido con un marcador de 6-3. En ocasiones se pierde, pero, pese a eso, creo que ganamos, y mucho. Son conquistas que trascienden. Es lo bello de este fenomenal deporte. Sin embargo, afuera del campo de juego, continuó Marta Cox, con su verbo contestatario, con profundo sentir, como ese panameño de a pie, ese que tiene que buscar su sustento diario, a pesar de sus circunstancias, en una sociedad alienada y con falta de valores.

Sus palabras fueron su mejor jugada, exaltando el sacrificio y solidaridad de sus compañeras, criticando el sistema en que están inmersas, con poco apoyo recibido, no solo en su deporte, sino en general, lo que vivimos día a día en el país. Un profundo feminismo brotó de ella y es que aún no hay igualdad en el juego que practica, mismo análisis que realizó su homónima Marta, leyenda brasilera, quien, con lágrimas en sus ojos ante la retirada, indicaba en rueda de prensa que en sus inicios nadie televisaba los partidos de mujeres.

Por ello, soy del criterio que no podemos comparar a nuestras futbolistas e incluso a los deportistas de otras disciplinas, con equipos de alto nivel, de ese primer mundo, donde se destinan presupuestos importantes para una correcta preparación técnica, física y mental. Sin canchas naturales, sin las medidas adecuadas, sin una liga profesional, sin estructuras de fútbol infantil para niñas, con deficiencias alimenticias y educativas, donde abunda el subdesarrollo, nacen y seguirán surgiendo las jugadoras del mañana, las siguientes MARTAS, espontáneamente en los barrios, en las escuelas. Un semillero en bruto, que aún sigue estigmatizado y que debemos transformar para beneficio de Panamá.

Abogado y escritor.
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