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- 21/03/2022 00:00
Mujeres en el umbral de la visibilidad
¿Qué ve una mujer joven, activa en redes sociales y que aspira, algún día, a dirigir una compañía? La imagen de un hombre haciéndolo. Es la conclusión más demoledora del estudio de “Mujeres líderes en el umbral de la visibilidad”, realizado por LLYC, después de analizar más de 11 millones de tuits en 12 países, incluido Panamá.
La data no miente. La conversación pública de hace un año en Twitter refleja que la mujer está infrarrepresentada en la conversación pública. Solo uno de cuatro mensajes hace referencia a una mujer.
¿Qué pasa alrededor de esa conversación sobre y hacía las féminas? Se confirman los sesgos permanentes que frenan la visibilidad de la mujer. El sesgo de doble vi´nculo, que es el efecto por el cual las acciones de visibilidad en las mujeres generan un resultado contrario al deseado, está muy presente en Twitter. Por ejemplo, las empresarias son castigadas por mostrarse ambiciosas (un 27 % más que los hombres), pero también cuando muestran empatía o servicialidad son criticadas. En buen panameño: “palo porque boga y palo porque no boga”.
Pero, cuando los hombres muestran estos mismos comportamientos y atributos en la conversación pública, son aplaudidos y no sufren ningún castigo. Además, en este análisis digital también se confirma que el halago a la apariencia femenina es separado por una delgada línea de la sexualización, la banalización y el acoso. Un ejemplo: atributos como “sexy” aparecen 3 veces más asociados a mujeres que a hombres.
Si nos separamos de esa delgada línea del acoso, podemos ver que las mujeres reciben más expresiones de afecto y valoraciones positivas que los hombres. Sin embargo, cuando se analizan bien esos datos hay otra realidad: la infantilización en las conversaciones de ellas. Eso quiere decir, que cuando una líder logra un mérito profesional o personal y lo comenta en redes sociales, lo que recibe son “muestras de cariño”, cargas de comentarios de infantilismo que solo desacredita ese hito profesional con expresiones como: “niña”, “guapi”, “gordi” o “chuli”, así como emojis de corte aniñado. En la conversación analizada esto significa que 1 de cada 50 mensajes contiene este tipo de expresiones.
También, es todavía común describir a las referentes femeninas como “mujeres de” o “esposas de”, como si no fueran suficientes sus méritos propios como mujer y profesional. Muy marcado, sobre todo entre las empresarias iberoamericanas, llegando al 62 % de diferencia respecto a ellos.
Es más, el informe revela que, en la conversación digital, la mujer directiva prácticamente no existe, y solo 1 mensaje sobre líderes de cada 100 hace referencia a mujeres en el mundo empresarial. Aunque, con orgullo, he de decir que Panamá fue uno de los países con conversación equilibrada en esta categoría, con un 50,4 % sobre mujeres empresarias. Gracias al trabajo de grandes empresarias, directivas y emprendedoras que se han forjado un camino. Pero, son victorias pasajeras y todavía queda mucho trabajo por hacer.
¿Qué mujer quiere ser visible con este panorama tan adverso? Tal vez la minoría, de allí la importancia de entender que la visibilidad de ellas es tarea de todos. Sin el apoyo de los hombres, desde cualquier posición como jefe, esposo, amigo o colega, es imposible cerrar este “gap” para lograr una mejor visibilidad de las mujeres como acelerador de la igualdad.
De la conversación digital participamos todos, por ello cuanta más presencia femenina haya en la conversación, más rápido se corrigen los sesgos de percepción. También es tarea de todos hacer esfuerzos de moderación en nuestra conversación sobre y hacia las mujeres y evitar la cosificación y la infantilización.
La agenda de igualdad debe ser defendida por las mujeres y también por los hombres. Al final del día, queremos que esa joven profesional, empresaria o emprendedora encuentre en Twitter el reflejo de una mujer líder que sea su referente aspiracional para juntas sobrepasar el umbral de la visibilidad femenina.