• 22/02/2023 00:00

De la neutralidad del Canal (2)

“La misión es mantener a la República de Panamá neutralizada en relación a los conflictos del siglo XXI, en donde se verá si la Neutralidad funciona o seremos objetos de amenazas y agresiones [...]”

El 2 de diciembre de 1903 se firma en Washington el Tratado Hay-Bunau Varilla, relativo a la construcción del canal y sus fines. En el artículo XVIII, se establece que el Canal una vez construido, y sus entradas serán neutrales a perpetuidad y estarán abiertos a la navegación en las condiciones del Tratado Hay-Pauncefote de 1901, según la sección 1 del artículo III.

El Canal será libre y abierto a la navegación de buques mercantes y de guerra. Pero los Estados Unidos estarán en libertad de mantener policía militar a lo largo de la vía, y ningún buque de guerra beligerante podrá partir hasta después de 24 horas de que el otro buque de guerra enemigo lo haya hecho.

En el artículo XXII, los Estados Unidos, por la seguridad y protección del Canal, tendrán derecho de usar sus fuerzas armadas. Son los estadounidenses los únicos con el derecho, por Tratado, de mantener el orden dentro y fuera del Canal (tres millas mar afuera).

No es hasta 1977, con la firma de los Tratados Torrijos-Carter, que se acentúa aún más este derecho de los estadounidenses a proteger y defender el Canal, con el Tratado de Neutralidad Permanente, el cual nos rige en la actualidad. Y es totalmente diferente a los que se han firmado en torno a esta situación desde 1846.

En el Instrumento de Ratificación de dicho tratado, dice: “una declaración correcta y autorizada de los derechos y deberes de ambas partes...” los Estados Unidos tienen la responsabilidad de asegurar que el Canal estará abierto y seguro a todas las naves de todas las naciones. Cada uno de los países defenderá el Canal contra cualquier amenaza y tiene el derecho de actuar contra dicha amenaza. Y en el artículo V, se le otorga a Estados Unidos tomar las medidas necesarias, incluyendo el uso de la fuerza militar en la República de Panama, para reabrir el Canal o reanudar las operaciones.

El concepto “República de Panama” ya no habla de las ciudades terminales ni tampoco de las bocas del Canal, sino de todo el territorio bajo la República. Actuando Estados Unidos para mantener el régimen de Neutralidad a costa de lo que sea. Así de simple, no lo adornemos.

La seguridad y protección del Canal es responsabilidad primaria de Estados Unidos. Y ello es una “espada de Damocles” que pende sobre Panamá.

Ahora, el ejército de Panamá fue liquidado por voto constitucional en 1993. Y está en el artículo 310 de nuestra Constitución Política. El “quid” es que el Tratado establece una Junta Combinada de los ejércitos de ambos países, sino tenemos ejército, ergo, ya no existe esa junta, semántica pura.

El Protocolo al Tratado de Neutralidad Permanente, por otra parte, no ha sido firmado por la República Popular de China, uno de los miembros del Consejo de Seguridad Permanente. Tampoco lo han firmado: Irán, Corea del Norte, Irak o Turquía. La Federación Rusa sí lo firmo en 1988.

El protocolo solo lo han firmado 41 países. En el mundo existen, 195 países, en una estadística simple, menos de un tercio se ha adherido. Por lo tanto, debemos pensar que, en una guerra a gran escala, Panamá estaría en peligro por ser aliado de Estados Unidos, y de esos 41 países o de algún otro país que no haya firmado el Protocolo.

Sugiero que la Cancillería insista, en vista de los conflictos mundiales actuales y por los posibles escenarios, en Asia y África, que logre la adhesión de los que faltan, y que proponga la neutralización total, en caso de conflicto, no solo del Canal, sino de todo nuestro territorio. Empezando con América Latina, donde Cuba, México, Brasil, Uruguay y Colombia no lo han firmado.

La misión es mantener a la República de Panamá neutralizada en relación a los conflictos del siglo XXI, en donde se verá si la Neutralidad funciona o seremos objetos de amenazas y agresiones; si ello es así, el Tratado ya tiene una respuesta, escrita en piedra, pero debemos valorar nuestra sobrevivencia.

Permítanme recordar aquella inmortal frase de mi general Torrijos, que profetizó nuestra permanente lucha: “Estamos bajo el paraguas del Pentágono”. Y añado: con sol, lluvia, relámpagos y truenos.

Salud, compatriotas.

Profesor en Filosofía y abogado.
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