• 10/10/2021 00:00

Nuestra pasión: el béisbol

“La lectura de este libro es obligante, para que los jóvenes vean un ejemplo de vida, sus pasiones se cumplieron, en el béisbol logró sus metas, pero también obtiene un título de farmacéutico […]”

Cuando el texto de este libro llegó a nuestras manos, en la Fundación “El Árbol de Libro”, decidimos que había que editarlo, propuesta que fue aceptada por el autor, Eric Espino Camarano, y hoy, gracias al apoyo que recibimos, el libro ya está en Panamá, disponible para que los panameños podamos conocer esta historia.

Cuando escuchamos a Jaime Penedo decir que en la formación de los jóvenes la educación es lo importante, coincide con el mensaje que transmite este libro, donde al final aconseja, que podemos practicar cualquier deporte, pero no debemos dejar de estudiar.

La historia de nuestros deportistas transcurre entre aquellos que llegan a la cima y se convierten en profesionales de una disciplina deportiva y los que se quedan en el camino, luego de haber sido vitoreados y aclamados por la fanaticada en sus momentos de gloria. Estos periodos son efímeros, y luego estos deportistas tienen que hacer su vida normal, porque les llega el momento en que sus capacidades físicas no les permiten seguir en deportes competitivos, algunos continúan como técnicos, árbitros y otros incursionan en el periodismo radial.

Esas opciones que hemos mencionado a las que puede acceder el deportista, son limitadas y en algunos casos no generan los ingresos suficientes para sostener una familia, de manera que la mayoría de los deportistas que no hayan estudiado, su futuro es incierto y quedan en una situación deplorable, luego de haber cosechado aplausos durante su carrera como deportistas.

El mensaje del libro es, precisamente, que no debemos abandonar los estudios, que el deportista no debe dejarse embriagar por esos instantes de aclamación, porque una vez esto termine, la vida continua y debemos seguir adelante y para ello la educación, es la clave.

Esta historia es un testimonio de un niño que creció dentro de un ambiente donde se respiraba béisbol y su mundo era ese, a tal punto, que cuando llegó la hora de entrar a la escuela, se rehusaba a hacerlo, porque se sentía feliz estando en un campo de juego improvisado, con manillas de trapo, pero que en su imaginario era el mejor estadio.

Cuando sus padres lo convencieron de que debía estudiar, surge la pasión de estudiar y jugar béisbol, las cuales han sido inseparables, y al final se convierte en un profesional y un deportista que logró todas las hazañas, a las que puede aspirar un jugador.

El libro describe, en un lenguaje ameno y coloquial, cómo pudo lograr sus metas, que, por supuesto, tuvo sus adversidades y que vencer algunas dificultades. Sus padres se desplazaron de un lugar a otro, en virtud de las oportunidades que se le presentaban para trabajar y sostener la familia, es así como emigra de su ciudad natal, Las Tablas, a Juan Díaz y luego a La Chorrera, donde descubrieron sus capacidades como pelotero y llega a formar parte de la primera selección donde participa, Panamá Oeste, en los Campeonatos Nacionales de Béisbol.

Como selección provincial, primero participa luciendo la camiseta de Panamá Oeste y luego la de Veraguas, siendo parte de la selección que logró el único campeonato que ha tenido Veraguas. Participó de igual forma como seleccionado nacional, representando a Panamá en certámenes internacionales.

La lectura de este libro es obligante, para que los jóvenes vean un ejemplo de vida, sus pasiones se cumplieron, en el béisbol logró sus metas, pero también obtiene un título de farmacéutico, hoy en día, es un comentarista deportivo de radio y televisión, pero como profesional, preside una cadena de farmacias en Santiago de Veraguas.

Al final, reconoce que todo se lo debe a la educación, como comentarista no podría entablar una conversación con las grandes figuras del deporte a nivel internacional, si no tuviera una formación integral que le permite entablar un diálogo.

Presidente de la Fundación “El Árbol del Libro”.
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