• 12/09/2023 00:00

Nuevas hormigas cerca de la mina de cobre

“[...] aparecieron tres pelotones de las primeras migajeras, le cortaron las patitas a la gigantesca agresora y también la metieron en el hueco”

Como cada vez que escasea el agua, en nuestro Canal de Panamá, en los grifos de las barriadas, plantíos y potreros… El hablar del agua se pone de moda. De manera que fui invitado al mantenimiento trimestral de la fuente de la comuna por don Frai, presidente de la junta del preciado líquido en la comunidad de Piedras Blancas, corregimiento El Potrero, distrito de La Pintada.

Como los señores del mantenimiento saben muy bien su trabajo, me limité a sentarme a la sombra perfumada de un jobo con mi equipaje: termo con café, agua, pan de yuca y varias tazas para brindar. Ojo, llegar a Marta, donde están los ojos de agua, cuesta.

Bueno, comencé a comer mi pancito, mientras ellos trabajaban y no había caído la primera migaja al suelo cuando advertí a tres hormigas del tamaño de las arrieras, pero intensamente más coloradas y rápidas, cada una trenzaba un pedacito y con mucha rapidez lo metía en un huequito cercano, al trío se le unieron tres más y las veces que una migaja resultaba muy ancha, entre dos la partían y la metían en el hueco.

La fiesta de mis nuevas amigas continuaba eufórica, ahora en forma de remolino y no cargaban nada, me puse los lentes y advertí que una hormiga mucho más grande, de otra subespecie las estaba matando, hasta que en un abrir y cerrar de ojos se aparecieron tres pelotones de las primeras migajeras, le cortaron las patitas a la gigantesca agresora y también la metieron en el hueco.

Hasta que se me acabó el pan de yuca y terminó el festín, pero seguí extasiado y feliz con la fragancia aromática y única de los jobos podridos.

De regreso al caserío y como retornábamos en hilera, con cuidado, bajando lomas, decidí contarles a los del mantenimiento de la rica fuente del agua, sobre el fervor con que las hormigas migajeras defendieron sus vidas.

A lo que exclamó el señor presidente de la junta del agua: _¡Veee..., don Julio, esa hormigota que Ud. vio, y que casi mata a las migajeras, era la brutal mina de cobre, a quien tendremos que mocharle las patas y meterla en el mismo hueco que está perforando!

-Para luego es tarde.

Economista, escritor costumbrista.
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