• 04/11/2015 01:00

“Oh patria tan pequeña...”

‘Es triste que con el escudo, la bandera y el himno no se demuestre más amor (...) Renovemos nuestro amor por la Patria'

Preguntemos en este Mes de la Patria ¿por qué la amamos y cómo demostrar un verdadero amor? No se puede querer lo desconocido, por ello hay que conocer sus valores, para amarla como merece. Un auténtico amor a la Patria debe partir de un conocimiento pleno de su historia, reflejada en el canto de sus poetas. ¿Lo cultivamos desde el hogar, a través de toda la escuela, y toda la vida? ¿Conocemos los valores que sus símbolos transmiten?

La Patria viene de abajo, de la gente, de la historia, del trabajo , nos dijo Changmarín. Es el recuerdo de amor o de dolor , según Miró; o tantas cosas bellas , según lo canta Blades. Pero también es penas, sufrimientos y angustias, es el grito de reto de jóvenes y el coraje de la mujer panameña. Son las anécdotas contadas por abuelos y los besos de mamá y papá. Es la tierra misma, sus montes, sus ríos, su flora y su fauna; son árboles antiguos y senderos retorcidos. Para Korsi, a pesar de ser republiquita microscópica y ombligo del mapamundi, es brújula de la eternidad y faro de la inmensidad .

Agresiones externas la han hecho sangrar: la Guerra de Coto, la invasión de Nombre de Dios, el 9 de Enero, el 20 de Diciembre. Ha sufrido angustias, enfermedades, hambre y mendicidad; su queja se oye en la saloma y tonadas del campesino que canta sus desdichas. Según Batalla, nada hay más honroso que sacrificarse y morir por la patria .

Lamentablemente el descuido a los tres símbolos patrios no puede ser más que una falta de real de amor por Panamá, porque ellos simbolizan los caros valores que debemos compartir como nación.

El Himno Istmeño, provisionalmente adoptado como himno nacional en 1904, fue posteriormente sustituido por la actual versión del Himno Nacional. Su letra resume la culminación de una cruenta historia que auguró libertad, fraternidad y progreso; su música es una marcha militar. ¿Con cuánto orgullo y fervor patriótico lo cantamos en las escuelas? ¿Palpitan nuestros corazones cada vez que triunfa un atleta panameño en justas deportivas fuera del país?

La bandera merece nuestro mayor respeto, porque encierra presente, pretérito y porvenir. Los poetas claman porque nos llene de orgullo, de esperanzas y de todos los más delicados sentimientos que anidan en el alma. ¿Conocemos los significados pureza, honestidad y autoridad de sus colores? ¿Nos enorgullece verla ondear? ¿Sabemos desplegarla en sitios públicos y en nuestras casas en Fiestas Patrias? ¿Lo hacemos en las escuelas? ¿Cuidamos el pabellón y permanecemos firmes al izarlo y arriarlo? ¿Sabemos el juramento a la bandera? ¿Reflexionamos sobre lo que somos y lo que nos falta ser cuando la vemos izar?

Y el escudo. Víctima de constantes abusos, de desidia e indolencia por tanto tiempo, a pesar de simbolizar valores y esperanzas también presentes en el himno nacional: libertad, verdad que se enrumba al futuro, firme sentido del trabajo, paz que floreció cuando la Patria surgió soberana.

Es triste que con el escudo, la bandera y el himno no se demuestre más amor, a pesar de leyes que ordenan sus manifestaciones artísticas. ¿Descuido por falta de conocimiento? ¿Inculcamos ese amor desde la infancia? Pareciese que solo nos sentimos henchidos de amor y de orgullo patriótico cuando nuestros equipos deportivos triunfan.

Sin embargo, cuando cantamos el Himno Nacional los lunes en las escuelas o en la Asamblea, escasamente se mueven los labios y se susurran las notas a media voz.

Aprovechemos el Mes de la Patria para resaltar el significado de estos tres sagrados símbolos, aparentemente tan huérfanos de cariño. Renovemos nuestro amor por la Patria.

EXDIPUTADA

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