‘Los omertás ' y la intolerancia

Recientemente leí con sorpresa un artículo donde culpan a ‘moros y judíos ' de varios eventos o escándalos que afectaron a Panamá los últimos siglos. Me refiero a ‘Las ‘omertás' panamenses ' del 26 de mayo, de Virgilio Correa. (http://laestrella.com.pa/opinion/columnistas/omertas-panamenses/23942276). El Sr. Correa ha mostrado en artículos anteriores que sus sentimientos antisemitas son los que lo impulsan a escribir sus xenofóbicas teorías de conspiración. Por ejemplo, su artículo ‘Golda Meir - Simon Veil - Hillary Clinton ' del 2011, donde comienza con las palabras ‘Estas tres mujeres políticas tienen una cosa en común: por sus venas corre sangre judía ' y luego hace un extraño recuento sobre la apariencia física, las libras de más de cada una y los eventos políticos de sus épocas. Como si la religión y la gordura fueran cualidades relevantes al evaluar la habilidad política de una persona, hombre o mujer. O sea, aparte de la insinuación antisemita (errada, para colmo), sexista.

Mi sorpresa es más bien entonces que se publiquen errores históricos, generalizaciones y acusaciones propias de siglos pasados, épocas en que la incomprensión generalizada sobre otras culturas, aparte de otras razones de tipo histórico, daban rienda suelta en la población para acusarlos de cualquier eventualidad.

Debido a lo limitado de este espacio no entraré a corregir los numerosas falsedades presentadas en el escrito del Sr. Correa y me enfocaré en lo más grave: la acusación y generalización contra ‘judíos y moros '. Por un lado, el Sr. Correa parece no entender que religión y nacionalidad son cosas distintas, ya que hace una clara separación entre ellos y los panameños, cuando sabemos que tanto un judío como un musulmán pueden ser nacidos en Panamá, incluso desde hace varias generaciones. El caso es que al acusar de esa manera a esas minorías no está apuntando el dedo a uno u otro individuo, sino a todo un grupo humano, de todas las edades, lugares y momentos en el tiempo. Es decir, encierra tácitamente en sus acusaciones sin fundamento también a la totalidad de las comunidades judías y musulmanes presentes hoy día en Panamá.

Da la casualidad que recientemente se celebraron los 140 años de vida judía en el país, (http://laestrella.com.pa/panama/nacional/celebran-140-anos-vida-judia-panama/23939341) en un evento al que asistieron líderes religiosos, autoridades nacionales y representantes del cuerpo diplomático, entre otros. En este evento, al que asistió también el presidente de la República, Juan Carlos Varela, se hizo un recuento de los aportes de la comunidad judía al país, entre los que destacan el haber contado con dos presidentes de la República y la creación de nuestro segundo himno llamado ‘Marcha Panamá ', entre otros. Desde la gesta de separación de Colombia hasta nuestros días, los aportes en todos los campos del quehacer nacional y contribuciones al desarrollo de la cultura, el comercio, los gremios, la academia y la industria, son incuestionables. La comunidad musulmana, por su lado, mantiene su programa ‘Dejando Huellas ' de donaciones periódicas, y la repartición de 2500 bolsas de comida entre la población colonense durante el mes Sagrado de Ramadán, entre otros tantos valiosos aportes al país a lo largo de los años.

Pero independientemente del nivel de aporte que una comunidad realice en su país de residencia, el hecho es que las falsas acusaciones generalizadas contra cualquier minoría no tienen cabida en un país que se esfuerza por mantener y fomentar la convivencia armónica. Panamá siempre ha logrado distanciarse de los enfrentamientos étnicos o religiosos tan comunes en otras latitudes y parte de este éxito se debe precisamente a que los medios y voces públicas han sabido que nuestros logros en muchos ámbitos tienen entre sus componentes ese respeto y apreciación a la diversidad que nos caracteriza como pueblo.

*EMPRESARIO PANAMEÑO Y MIEMBRO DEL JD CORPS DEL CONGRESO JUDÍO MUNDIAL.