• 09/06/2015 02:00

Buscando al padre Gallego

Peña logró ver cuando el sacerdote, bajo y delgado, era conducido a la fuerza en medio de la oscuridad

Cerca de la medianoche del 9 de junio de 1971, dos hombres bajaron de un vehículo grande todo terreno y caminaron hasta una choza campesina. Habían estado buscando al padre Héctor Gallego por varias horas y finalmente lo encontraron cuando dormía en casa de Jacinto Peña, un colaborador cercano. Peña logró ver cuando el sacerdote, bajo y delgado, era conducido a la fuerza en medio de la oscuridad. Luego escuchó un golpe y un quejido y como un bulto arrojado a la parte trasera del vehículo. Peña salió gritando al vehículo que se alejaba veloz dando brincos sobre la trocha maltrecha hasta San Francisco de la Montaña... con su carga inerte atrás.

Recuerdo que a mediados de ese año, miles de panameños se aglomeraron frente a la Iglesia de El Carmen en la ciudad de Panamá para exigir a los militares que devolvieran vivo al padre Gallego. Eran las primeras confrontaciones masivas contra la dictadura desde el golpe de 1968, e hicieron tambalear al Gobierno del general Torrijos, pero el padre Gallego nunca apareció.

No volví a saber más del sacerdote mártir sino hasta los años 80, cuando la USMA presentó una adaptación teatral de Raúl Leis de la novela ‘Héctor Gallego está vivo'. Esa noche descubrí el legado del sacerdote y me impactó tanto, que decidí llevar su historia al cine. Por varios años conversé con antiguos colaboradores, con su hermana Edilma, con asociados de la Cooperativa La Esperanza de los Campesinos que Héctor ayudó a formar, y con docenas de personas cuyas vidas, en una u otra forma, fueron tocadas por el sacerdote.

Esa investigación me enseñó que los campesinos hicieron caso cuando Héctor les dijo en 1971: ‘Si desaparezco, no pierdan tiempo buscándome, sigan el trabajo'. La cooperativa acabó con la dependencia económica de los campesinos hacia los patronos y se convirtió en la principal fuente de ingresos en Santa Fe. Jacinto Peña ya no vive en una choza, sino en una casa de dos pisos rodeada de árboles de naranja y mandarina. Sus hijos y nietos ya no trabajan de peones ni deben soportar el hambre, las enfermedades y la ignorancia, como lo hacía Peña cuando conoció al padre Gallego hace casi 50 años. A Peña se le ilumina la mirada al recordar al amigo que tenía el don de hacer sentir bien a todos los que le rodeaban, y confiesa que a veces siente como que Héctor va a salir de repente del monte con su sonrisa de siempre.

La primera oportunidad de hacer esta película se presentó en 2004, cuando el proyecto ganó la primera convocatoria del Fondo para el Fomento del Audiovisual en Centro América y Cuba (Cinergia) de Costa Rica. En esa ocasión, fui invitado a participar en un taller con la directora argentina Lucrecia Martell. Llegué a San José con un proyecto de cine argumental y regresé con la idea de un documental. Así nació el proyecto ‘Buscando al padre Gallego', documental de 90 a 110 minutos sobre la vida del sacerdote y su trabajo con los campesinos de Santa Fe desde 1967, uno de los trece proyectos cinematográficos premiados con el Fondo Nacional de Cine de Panamá en abril de 2014.

En junio de ese año comencé la producción, antes del primer desembolso, para poder documentar la conmemoración anual de la desaparición del sacerdote que organiza la cooperativa y la Diócesis de Veraguas. También aproveché para entrevistar a un personaje muy mayor que ayudó a crear cooperativas campesinas en los años 60. La mayoría de los personajes del documental son personas mayores; inclusive uno murió poco antes de poder entrevistarlo.

En marzo de 2015 presenté el proyecto en una convocatoria internacional organizada por el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) y la Fundación Ford, en la cual se presentaron 155 proyectos y 16 fueron favorecidos con fondos. Para mi sorpresa, hace poco IMCINE seleccionó ‘Buscando al padre Gallego' y otros 13 proyectos para un taller de documentales en Costa Rica, en el cual se analizarán los proyectos en sus distintas etapas de desarrollo. La iniciativa del Gobierno mexicano ayudará a continuar el proyecto documental con paso firme, mientras se define la situación del fondo de cine, el cual hará posible que historias como las del padre Héctor Gallego puedan inspirar a las actuales y futuras generaciones de panameños.

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