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- 13/11/2023 00:00
Panamá y las cadenas de suministros en un ambiente de caos
A través de la historia, los seres humanos hemos sido nómadas, movilizándonos de un lugar a otro, según las condiciones del área a la que hemos llegado y las necesidades que se nos presenten y podamos subsanar. En ese sentido, las vías de comunicación han sido de gran importancia en estos traslados y hoy lo siguen siendo. Desde la prehistoria, el ser humano se transportaba a pie o en el lomo de algún animal; algún tiempo después, por medio de balsas, canoas o botes a través de los ríos; en paralelo, se fueron generando los caminos que terminaron las rutas donde transitaban carretas haladas por animales. Tiempo después, con la industrialización, se inició el transporte internacional a través de carreteras asfaltadas, ferrocarriles, barcos de gran capacidad y hasta aviones donde el transporte de personas y suministros para el intercambio de mercancías fluía de una zona productora a un destino requirente de las personas y bienes.
Hoy, los sistemas de transporte tanto marítimos, aéreos como terrestres son fundamentales para el trasiego de productos entre países y regiones. Se han desarrollado tanto que se han establecido rutas seguras que optimizan tiempo y consumo de combustible para comunicar diferentes zonas a nivel mundial.
Luego de la pandemia, donde el mundo vivió una situación de caos global por los cierres de los mercados, el colapso del sistema de transporte internacional y las restricciones de movilidad, nos ha generado una de las mayores lecciones en conceptos de abastecimiento, transporte y distribución. Nuestro país no escapó de esas restricciones y sufrimos desabastecimiento tanto local como internacional de diversos productos de primera y segunda necesidad.
Panamá, por su posición estratégica natural, que desde la historia hispánica fue utilizada como lugar de trasiego de mercancías, posteriormente con el ferrocarril interoceánico, promovido por la fiebre del oro de California y, finalmente, con la construcción del Canal de Panamá, cumple un gran rol en la distribución mundial del sistema de transporte de mercancías. Poseemos la Zona Libre de Colón, que es la segunda más grande del mundo y la primera de Latinoamérica; los mejores y más eficientes puertos de Latinoamérica en ambos océanos, el primer sistema de metro de Centroamérica, además de varios conceptos de desarrollo logístico que inciden en el desarrollo nacional y aportan a la red logística mundial. A pesar de que somos un país en desarrollo y procuramos buscar eficiencia en nuestros procesos logísticos, aún hay mucho por avanzar, siempre pensando en el desarrollo eficiente de nuestro país sin olvidar que, al ser un país pequeño, debemos conservar nuestros recursos naturales, corredores biológicos, y generar un crecimiento orgánico de nuestro país.
Desde hace más de 10 días, el país se enfrenta a una serie de cierres de vías a nivel de la República, que producen un gran desabastecimiento de alimentos y enseres en los mercados de todo el país, aunado a que, por el temor heredado de la pandemia, la gente se aboca a los establecimientos y se sobreabastecen, causando escasez de insumos tanto locales como importados. He allí, donde hoy, los encargados de logística y distribución en las empresas, que en su mayoría son ingenieros industriales, juegan un papel importante en el manejo de la situación.
La crisis causada por los cierres es tan grande que, con tal de llegar al cliente (sea un hotel, restaurante, supermercado, tienda o puesto de venta informal), estos ingenieros industriales están casi sacando un máster en transporte, distribución y toma de decisiones: el desafío es extremo. Las cadenas de suministros colapsan por los cierres y con productos perecederos, los costos se van al alza y la producción se pierde en los campos; es similar cuando se dan otros eventos imprevistos que dificultan las entregas como pueden ser desastres naturales, huelgas, cierres de vías, guerras.
Es por esto que siempre debe existir el plan B y a veces hasta C (eslogan local que utilizamos para definir una respuesta alterna a la regular y establecida por procedimientos). A pesar que se posean procedimientos, bajo la situación actual, es muy posible que las opciones se salgan de los estándares establecidos. Por esto, vamos a exponer una estrategia, según la experiencia, el tipo de entorno y análisis del riesgo.
Definir la estrategia. Obtener la mayor información actualizada y constante. Analizar cada propuesta. Establecer la solución. Seguimiento y control.
1. Definir el problema: es necesario identificar todas las aristas de la situación; se debe formar un equipo de trabajo para definir planes de contingencia robustos, informar al equipo de la situación, sin alarmar, mantenerlo cohesionado y positivo, identificar los riesgos asociados, impulsar un concepto de comunicación interna efectiva y compromiso en el equipo, importante incluir a los miembros del equipo en las decisiones y compartir información valiosa evitando las fuentes no confiables y reconocer que puede haber bajas pero el sistema debe continuar.
2. Recopilar información: que agregue valor, debe ser veraz, actualizada y constante; mantener comunicación directa con nuestros proveedores, clientes, redes de comunicación confiables y entidades del estado. He aquí donde la tecnología nos apoya grandemente: los sistemas de GPS (Sistemas de Posicionamiento Global) y los TMS (Sistemas de Administración de Transporte).
3. Analizar los datos: debe ser análisis a cada evento, destino o proveedor, ya que la información es muy cambiante en estos conceptos de caos. Reconocer que nunca tendremos el 100% de los datos para tomar la decisión, evaluar los riesgos de cada análisis y generar estrategias en caso de cambios repentinos del panorama. Igualmente, aquí la tecnología, a través de la Big Data, puede darnos información útil y en tiempo real siempre y cuando tengamos un sistema que recopile dicha información.
4. Implementar la solución: es el momento de tomar acción y decidir el proceder basado en datos obtenidos y analizados. Algunas opciones pueden ser negociar con proveedores y clientes el adquirir almacenajes temporales estratégicos y seguros para 'dormir' los camiones cargados adelantando recorrido de las rutas al destino final y gestionar transportes más pequeños para agilidad en el tránsito como también simular situaciones para evaluar cómo proceder en casos previstos.
5. Controlar: aquí procede la evaluación de cada paso que se ha dado, se requiere mantener evidencias de cada decisión tomada, observar su cumplimiento y posibles cambios de última hora; monitoreo constante, es importante medir para conocer el porcentaje de cumplimiento y con datos reales saber qué se logró y cómo se hizo para a futuro tener bitácora de trabajos realizados con datos insuficientes.
Ninguna profesión resuelve de una vez una situación como la de este momento; sin embargo, el ingeniero industrial, dentro de sus estudios, se le impulsan los conceptos de mejora continua, aplican conceptos que permiten definir posibles soluciones en incertidumbre, con múltiples complejidades y altamente cambiantes y con muy poca información y logran una gran capacidad de resiliencia que les permite la toma de decisiones; como encargados de cadena de suministros, visualizan, anticipan riesgos, proponen soluciones y determinan planes de acción que permiten mantener el control de los riesgos, costos y, sobre todo, la integridad del recurso humano que les acompaña.