• 23/08/2016 02:02

Conociendo al panameño

Quizá los que mejor conocen al pueblo, ese pueblo que hace masa en los partidos, son las televisoras

Lo que más tiempo le toma a un político en Panamá es conocer al panameño. Especialmente por los cambios que ha sufrido en los últimos años. Antes, si un elector te daba su palabra de que te iba a apoyar, su voto era seguro. Hoy, su promesa de voto no tiene el más mínimo valor. Ayer, si lo veías con tu camiseta, voto seguro. Hoy, su guardarropa incluye camisetas de todos los candidatos que han pasado por su área. Las mujeres, por cierto, las buscan, por algún motivo las camisetas de propaganda política son los mejores trapos para limpiar en la casa o bien para dormir.

Ayer era orgullo del panameño decir cuántas generaciones habían apoyado al partido político, hoy, eso no interesa, si el propio candidato está en ese partido por oportunidad y de paso. Ayer el panameño se inscribía en un partido tras reflexión y análisis, hoy no le da mayor valor a qué partido pertenece. De allí que en cada partido hoy tenemos tres clases de miembros: los que están activos buscando un cargo de elección o designación, los que van a todo acto para dejarse ver y luego poder pedir, y los que son solo masa, algunos les dicen ‘la canalla ' o ‘el perraje '.

El panameño de hoy es cínico en política. Es creyente en el ‘¿qué hay pa' mí? ', y sabe jugar al tonto. Se reúne con diputados y políticos y los aplaude aunque no los respete, los ve como ladrones pero no los acusa ni encara con eso, pero sabe de los negociados. Curiosamente, para las clases bajas el enriquecimiento de los funcionarios es parte de lo que asume tienen derecho.

No haber entendido al panameño es lo que mantiene a un Juan Carlos Varela bajo de popularidad, ya que pensó que con la lucha contra la corrupción la gente lo iba a aplaudir, pero eso solo es importante para de clase económicamente alta, la clase media alta y los profesionales. Para la canalla, hoy juzgan a estos, mañana a los del Gobierno actual, todos son iguales. En resumen, los miembros de los partidos solo se activan en elecciones y buscando puesto, pero las bases de los partidos están en las calles con cierres por falta de agua, cortes de luz, malas escuelas, malas calles, faltas de puentes, etc. Tratar de adivinar con quién se motivará esa gran masa en las elecciones del 2019, es difícil. Todos sabemos que con el pasar del tiempo esa masa puede eventualmente cansarse y tomar una de dos decisiones: no votar o votar por un candidato no tradicional ni por un partido tradicional.

Quizá los que mejor conocen al pueblo, ese pueblo que hace masa en los partidos, son las televisoras. Sus noticieros van enfocados a ellos, muchas policivas y todas las protestas y denuncias que puedan filmar. Eso te indica lo que prefiere esa gran masa electoral. Todos esos otros temas de constituyente, arrestos por corrupción, juicios y denuncias, a ellos no les interesa, siempre, en su criterio, ha sido así. Los que robaron ayer ya salieron, reemplazados por los que roban hoy y a su vez esperando reemplazo en el 2019 por nuevos ladrones.

Pero, poco a poco todo cambiará. Cuando ven que se invierten millones, pero ellos siguen con problemas de tenencia de tierra, falta de agua, mal transporte, malas carreteras, poca seguridad, pronto harán erupción. Y esa mayoría silenciosa que definió Spiro Agnew se hará sentir. Ya no tienen líderes de izquierda que los guíen, aparecerá entre ellos un líder natural que denunciará a los políticos tradicionales y muchos serán los sorprendidos. Ya la demagogia no los calmará, se acabarán ‘el pueblo primero ' y ‘el pueblo al poder ', aparecerán otros eslóganes que asustarán a muchos, pero aplaudirán otros muchos. La gran pregunta es si ¿esto podrá llegar antes del 2019 o habrá que esperar al 2024? Y, por supuesto, ¿podrán los políticos de hoy entender el mensaje y corregir su rumbo?

El pueblo ha cambiado, pero ha despertado, se hace el dormido porque no ha llegado su momento, pero olfatea que está cerca. Y mientras ungidos y los que se creen ungidos siguen discurseando y dando entrevistas, el pueblo ni les presta atención. Son, para la gran masa, más de lo mismo. Si no cambian el discurso, si no se identifican más con la masa popular, no llegarán.

ANALISTA POLÍTICO.

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