Así lo confirmó el viceminsitro de Finanzas, Fausto Fernández, a La Estrella de Panamá
- 03/04/2020 00:00
Pandemia de COVID-19: tres meses de angustia, desesperación y esperanzas
La pandemia de COVID-19 continúa extendiéndose de forma imparable en todo el mundo. Hasta el 31 de marzo se habían acumulado casi un millón de casos en el planeta, y más de 40 mil defunciones. La mayoría de los casos y defunciones han sido reportados por Estados Unidos de América, España e Italia. China y algunos países de Asia han conseguido aplanar la curva y se encuentran en fase de levantamiento progresivo de las medidas de aislamiento, pero temen que las medidas tomadas proporcionen una solución temporal, y la epidemia resurja con más fuerza al levantarlas. En el resto del mundo la transmisión de la enfermedad es sostenida, eficaz y continua; sembrando enfermedad y muerte que ha hecho colapsar los sistemas sanitarios de muchos países y se cierne como una espada de Damocles sobre la mayoría de los demás.
Panamá no escapa a ese panorama. Luego del anuncio de nuestro primer caso el 9 de marzo, los casos y las defunciones han ido aumentando, acumulándose 1317 casos y 32 defunciones hasta el 31 de marzo. Pero, así como han amentado los casos, hemos ido implementando diferentes grados de distanciamiento social, desde la suspensión de clases, el cierre de negocios, el toque de queda, y más recientemente, la cuarentena total. También estamos masificando la realización de pruebas de laboratorio para identificar a las personas positivas, aislarlas y cuidarlas a ellas y a sus familias. No obstante, todavía muchos panameños no están cumpliendo cabalmente con la cuarentena, poniendo en peligro su salud, la de su familia y la de todos los panameños.
Y ese panorama mundial y nacional es el que nos causa angustia y desesperación. Pero hay razones para mantener las esperanzas de que derrotaremos a este enemigo que, por ahora, se campea orondo por el planeta.
Lo primero y más importante es que sabemos quién es y de dónde viene. Nuestros científicos realizaron la secuenciación completa del virus, y descubrieron la trazabilidad (ruta) del virus desde China, pasando por España hasta llegar a Panamá. Ese conocimiento ayudará a establecer patrones para tratamientos antivirales, que servirán para preparar medicamentos o tratamientos que ayuden a combatir el COVID-19.
También sabemos cómo detectarlo. Contamos con efectivas pruebas de laboratorio de suficiente sensibilidad y especificidad para identificar el virus en secreciones respiratorias, así como en el suero sanguíneo. Panamá es uno de los países con mayor índice de pruebas por millón de habitantes, habiendo realizado más de 7500 pruebas, de las cuales el 82 % han sido negativas.
Otra buena noticia es que más del 80 % de los casos son leves o la enfermedad no causa síntoma alguno. Pero esto no debe ser motivo de excesiva confianza, pues, en el 14 % restante puede causar neumonía grave y en un 5 % puede llegar a ser crítica o incluso mortal. En nuestro caso, hasta el 31 de marzo, el 82 % de los casos reportados son leves y se encuentran en sus casas. No menos importante es que la mayoría de la gente infectada se cura. En el mundo hay 15 veces más pacientes curados que fallecidos, y la proporción va en aumento. Nosotros hemos recuperado nueve pacientes graves, pero en el mediano plazo esperamos que todas las personas que están en sus casas con un padecimiento leve, se curarán.
Pero lo más esperanzador es que la comunidad científica está realizando gran cantidad de investigaciones, hay más de 80 ensayos clínicos con antivirales en curso, para ofrecerle tratamientos a las personas que ya están enfermas. Panamá forma parte de uno de esos ensayos clínicos liderado por la OMS. Y también hay más de ocho proyectos de vacunas contra el nuevo coronavirus.
Al final, las esperanzas basadas en la abundancia de información científica tienen que ser alentadoras. Nunca hemos estado mejor preparados para combatir una pandemia.